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Por eso, conoce qué es la dispepsia funcional, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.
¿Qué es la dispepsia funcional?
¿Cuáles son los síntomas de la dispepsia funcional?
La dispepsia funcional se caracteriza por síntomas como dolor o ardor en el estómago, hinchazón, eructos excesivos y náuseas después de comer. También puede incluir una sensación rápida de plenitud al comer y dolor abdominal que no está relacionado con las comidas o que mejora al comer. Es importante consultar a un médico si los síntomas son persistentes o preocupantes y buscar atención inmediata si se presentan vómitos con sangre, heces oscuras, falta de aire, dolor en la mandíbula, cuello o brazo, o pérdida de peso inexplicada.
¿Cómo saber si una persona tiene dispepsia funcional?
El diagnóstico de la dispepsia funcional comienza con una evaluación exhaustiva de los síntomas del paciente y un examen físico realizado por el proveedor de atención médica. Para descartar otras condiciones que puedan estar causando malestar, se pueden realizar diversas pruebas, como análisis de sangre que ayudan a identificar enfermedades similares y pruebas específicas para detectar la bacteria Helicobacter pylori, que puede provocar problemas estomacales.
Además, se puede llevar a cabo una endoscopia, un procedimiento en el que se introduce un tubo con cámara por la garganta para examinar el esófago, el estómago y el intestino delgado. Este procedimiento permite al médico obtener muestras de tejido para analizar posibles infecciones o inflamaciones. En algunos casos, también se pueden realizar pruebas adicionales para evaluar la motilidad del estómago y cómo vacía su contenido.
¿Cómo tratar la dispepsia funcional?
La dispepsia funcional puede ser un desafío, pero existen diversas estrategias para tratar y prevenir sus síntomas. En primer lugar, es fundamental realizar cambios en el estilo de vida, como mantener una dieta equilibrada, evitar alimentos irritantes y practicar hábitos de alimentación saludables. Sin embargo, si estos cambios no son suficientes, se pueden considerar tratamientos médicos que se adapten a los síntomas específicos del paciente.
Entre los medicamentos disponibles, se encuentran los remedios para los gases, bloqueadores de ácido y antibióticos en caso de detectar la bacteria Helicobacter pylori. Además, los antidepresivos en dosis bajas y los procinéticos pueden ser útiles para aliviar el dolor y mejorar la motilidad gastrointestinal. Es importante consultar a un profesional de la salud para determinar el tratamiento más adecuado según las necesidades individuales.
Por último, la terapia conductual puede complementar el tratamiento médico. Trabajar con un consejero o terapeuta permite aprender técnicas de relajación y manejo del estrés, lo que puede contribuir a reducir la intensidad de los síntomas. La combinación de medicamentos y terapia del comportamiento puede ofrecer un enfoque integral para el manejo de la dispepsia funcional.
Dispepsia funcional: posibles factores de riesgo
Los factores de riesgo para la dispepsia funcional incluyen ser mujer, el uso de analgésicos como aspirina e ibuprofeno, fumar y la presencia de trastornos emocionales como ansiedad o depresión. Además, antecedentes de abuso físico o sexual en la infancia y la infección por Helicobacter pylori también pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta condición.