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Por ese motivo, conoce qué es la dermatitis atópica (eccema), cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es la dermatitis atópica (eccema)?

¿Cuáles son los síntomas de la dermatitis atópica (eccema)?

Los síntomas de la dermatitis atópica (eccema) incluyen:

- Piel seca y agrietada.
- Picazón intensa.
- Erupciones en la piel que pueden estar hinchadas y variar en color.
- Pequeñas protuberancias, especialmente en personas de piel morena o negra.
- Exudado y costras en la piel.
- Piel engrosada.
- Oscurecimiento de la piel alrededor de los ojos.
- Piel sensible y en carne viva debido al rascado.

Generalmente, la dermatitis atópica comienza antes de los 5 años y puede persistir hasta la adolescencia y la adultez. Los brotes pueden aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo.

¿Cómo saber si una persona tiene dermatitis atópica?

El diagnóstico de la dermatitis atópica comienza con una evaluación clínica, donde el médico indaga sobre los síntomas del paciente, examina la piel afectada y revisa los antecedentes médicos. En algunos casos, se pueden realizar análisis para identificar alergias y descartar otras condiciones cutáneas que puedan presentar síntomas similares.

Si se sospecha que un alimento puede estar relacionado con la erupción, es recomendable consultar al médico sobre la posibilidad de realizar pruebas de alergias alimentarias. Además, el médico puede sugerir una prueba con parches, que consiste en aplicar pequeñas cantidades de diversas sustancias en la piel para observar posibles reacciones en las visitas posteriores.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la dermatitis atópica (eccema)?

La dermatitis atópica, o eccema, puede ser tratada y prevenido mediante la humectación regular de la piel. Es fundamental establecer una rutina de cuidado personal que incluya la aplicación de cremas hidratantes después del baño, cuando la piel aún está húmeda. Esto ayuda a mantener la barrera cutánea y a prevenir la sequedad, que puede desencadenar brotes. Además, es importante identificar y evitar los irritantes que pueden agravar la condición, como ciertos jabones, detergentes o tejidos.

Si la humectación no es suficiente, es recomendable consultar a un proveedor de atención médica para explorar opciones de tratamiento más avanzadas. Esto puede incluir cremas medicinales que controlen la picazón y ayuden a reparar la piel. En casos más severos, se pueden considerar medicamentos orales o tratamientos biológicos. Es esencial seguir las indicaciones del médico y aplicar los tratamientos de manera adecuada para evitar efectos secundarios.

Para los bebés con eccema, se sugiere un enfoque cuidadoso que incluya baños breves con agua tibia y la aplicación de cremas hidratantes. También es crucial evitar temperaturas extremas y cualquier agente irritante. Si el sarpullido no mejora o parece infectado, es importante buscar atención médica, ya que el bebé podría necesitar medicamentos específicos para controlar la afección.

Dermatitis atópica (eccema): posibles factores de riesgo

Los factores de riesgo de la dermatitis atópica incluyen antecedentes personales de eccema, alergias, fiebre del heno o asma, así como la presencia de estas condiciones en familiares, lo que incrementa la probabilidad de desarrollar la enfermedad.