Tal como comentamos en anteriores oportunidades, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) se encuentra trabajando en el marco de un plan de acción para acotar el ahuecamiento de la base sobre la cual se paga impuesto a la renta (en inglés, Base Erosion and profit shifting o BEPS). Según el mencionado plan existen varios temas sobre los que se ha previsto la emisión de recomendaciones, siendo la materia de precios de transferencia y el intercambio de información centrales en este esfuerzo coordinado de países.
En esta línea, el pasado 30 de enero la OCDE emitió un documento borrador sobre documentación de precios de transferencia (Discussion Draft on Transfer Pricing Documentation and Country by Country Reporting), para promover la discusión y recibir opiniones de las partes interesadas.
La tendencia que se observa es hacia la provisión de mayor información (en cantidad y calidad), y de manera uniforme en los distintos países. Concretamente, el borrador de la OCDE plantea un enfoque de dos niveles: un documento matriz (master file) y un documento local con información detallada de las transacciones.
Lejos de tratarse de un mero requerimiento de información, se trata de una herramienta de recolección de datos de alto impacto para las estrategias operacional y fiscal de las organizaciones con operaciones en múltiples países. Datos tales como cantidad de empleados, ingresos y ganancias, impuestos pagados, entre otros, deberían informarse de manera sistematizada para cada empresa y cada país en el que el grupo económico opera.
Esta información compilada de manera uniforme quedaría disponible para las distintas administraciones fiscales en sus actividades de control, evaluación del riesgo y auditorías.
El borrador se encuentra abierto a discusión respecto tanto a temas conceptuales como a cuestiones operativas (moneda, frecuencia y mecanismo de presentación de la información, entre otros aspectos), pero se trata de un plan en movimiento ejecutado por equipos técnicos respaldados por la dirigencia política a nivel global. Entendemos que se trata de un hito relevante en el camino tendiente a bajar a la realidad el postulado de pagar la justa porción de impuestos que corresponde a cada una de las jurisdicciones, es decir, el leitmotiv de las recientes acciones de la OCDE con el apoyo político del G20.
Si bien la Argentina no es un miembro de la OECD, la AFIP se encuentra activa en la adopción, a su manera, de las tendencias internacionales en materia de tributación internacional (herramientas de intercambio de información fiscal, cambio de paradigma respecto a paraísos fiscales, etc.), de modo que no descartamos un alineamiento a estos estándares en el mediano plazo.
Las obligaciones de los contribuyentes de cumplir con variados regímenes de información van creciendo de manera constante. Sin embargo, considerar este nuevo paso de la OCDE solamente como un régimen informativo más para cumplir con un compromiso asumido puede constituir un error de cálculo.