Federico Trucco, CEO de Bioceres, fue el ganador del premio al CEO Innovador. Es bioquímico, con un PhD en Ciencias de los Cultivos de la Universidad de Illinois, Estados Unidos. En 2005 se unió a Bioceres, compañía insignia de América Latina en el espacio de la biotecnología agrícola donde ayudó a organizar y dirigir una incubadora de tecnología de punta llamada INDEAR. En 2011 se convirtió en el primer CEO formal de Bioceres.
Al recibir el premio agradeció a PwC y El Cronista y dijo que "de ninguna manera tomo como personal el premio, para mí es un premio a todo Bioceres y en ese sentido creo que es importante agradecerle a más de 300 accionistas que se han ido sumando a la compañía desde su fundación en diciembre del 2001, un momento bastante particular para nuestro país, pero que sin embargo nos ha permitido llegar a la fecha con un grupo consolidado que busca llevar lo mejor de la ciencia argentina al mundo".
El ejecutivo recordó que su padre es el fundador de la empresa y puso un poco de humor al señalar que está en esa posición "por acomodo". "La razón por la que me dediqué a la ciencia y al agro tiene que ver con esa pasión que mamé desde chiquito en mi casa. En primer lugar le tengo que agradecer a mi padre por darme esta oportunidad. Y también al equipo que ha confiado en una construcción colectiva. Creo que hoy para poder trascender es importante hacerlo de forma conjunta".
Trucco recordó que la empresa nació con un sueño original que "nació con una altísima ingenuidad. Después, lo lindo de la vida es que nos termina sorprendiendo más positivamente de lo que a priori hubiéramos concebido como posible. Y creo que estaba fuertemente vinculado a esta idea de que el campo argentino, que todos reconocemos como un sector importante de nuestra economía solamente nos está dando hoy un poquito de todo lo que nos puede dar. Que, en definitiva, lo que hacemos en la agricultura es gestionar la fotosíntesis, capturar la energía solar para producir una multitud de moléculas orgánicas que necesita la humanidad para alimentarnos, para energizar el planeta, para construir materiales de origen renovable y que la ciencia nos permite manipular esa energía solar a través de las plantas para ser más eficientes en la obtención de estas moléculas orgánicas. Entonces, de repente podemos tener en el campo una fábrica verde de muchas cosas, pero para que eso ocurra lo que necesitamos no es tanto la fertilidad del suelo, sino de la materia gris que existe en el sistema científico, provocada con la ambición emprendedora, entendiendo como funciona el mundo del capital de riesgo y los mercados financieros".
El empresario se refirió también al cruce entre el mundo del conocimiento y el mundo empresario en Argentina. "Toma una forma virtuosa, creo que hoy podemos decir que hemos logrado superar la desconfianza inicial entre estos mundos. No sólo porque la ciencia de base en la Argentina se hace en el ámbito del sector público, sino porque el científico tiene en sus prejuicios una serie de connotaciones negativas del mundo empresarial, aunque también los tenemos los empresarios respecto de los científicos. Entonces poder superar esos estereotipos iniciales y tener hoy un ámbito de confianza donde podemos sacar ideas de los laboratorios, construir compañías y entender que en la Argentina tenemos una oportunidad enorme de generar activos intangibles en pesos, y que eso está totalmente desorbitado de lo que sucede en el mundo. La propiedad intelectual que generamos en la Argentina, la generamos a una fracción del costo de lo que sale en Israel, en Europa o en Estados Unidos.
Finalmente, planteó que como empresa están comprometidos a que otras personas hagan el mismo recorrido que ellos hicieron. "Si no lo logramos, fracasamos", sentenció. " De alguna manera, el propósito de nuestra compañía es que existan muchos Bioceres. Y eso lo estamos haciendo usando parte de nuestro poder de fuego, para entrar fuertemente en la promoción de emprendedores y startups. Creemos que de todos los errores que tuvimos podemos tener aprendizajes para que estos nuevos emprendedores puedan ir más rápido en el proceso de listado, de levantamiento de capital, de mejor percepción del valor de lo que hacen. Poner lo que hacemos en contexto internacional. Y hoy Argentina va teniendo un lugar en el ecosistema en el mundo de la biotecnología y las ciencias de la vida que quizás es comparable a la industria del software hace 15 años".