A pesar de la llegada del famoso sargazo a Quintana Roo durante la temporada primavera-verano 2025, algunas playas logran mantenerse libres de esta alga, y le ofrecen a los visitantes arenas blancas y aguas cristalinas. Estas son: Playas de Isla Mujeres, Isla Contoy, Holbox Ferry y Chiquilá.
Gracias a operativos de limpieza constantes, barreras antisargazo y la geografía favorable de ciertas zonas, estos destinos se consolidan como refugios ideales para el turismo nacional e internacional. Estas playas son postales vivas del Caribe mexicano, incluso en plena temporada alta.
Quintana Roo: ¿cuándo es la temporada de sargazo en el Caribe mexicano?
Antes de definir tus vacaciones en el Caribe mexicano, conviene tener presente cuándo comienza la temporada de sargazo. En lugares como Playa del Carmen y Cancún, el fenómeno ocurre entre abril y octubre, con su punto más alto en los meses de abril y mayo.
En ese tiempo, las corrientes oceánicas depositan algas en la orilla, lo que puede afectar la experiencia turística. Anticiparse a estas fechas te permitirá disfrutar de playas limpias y sin sorpresas.
¿Es peligroso el sargazo? Lo que tenés que saber sobre esta alga del Caribe
Cada año, con la llegada del calor, las costas del Caribe mexicano reciben grandes cantidades de sargazo. Aunque a simple vista puede parecer inofensiva, su presencia en exceso no solo afecta la belleza natural de las playas, sino que también tiene consecuencias ambientales y sanitarias.
En el agua, el sargazo cumple una función ecológica: sirve de refugio para peces y tortugas. Pero una vez que se acumula en la orilla y comienza a descomponerse, libera gases como el ácido sulfhídrico, que tiene un olor similar al de los huevos podridos.
En altas concentraciones, este gas puede provocar irritación en ojos y vías respiratorias, especialmente en personas con asma o alergias. También puede causar molestias como dolores de cabeza o náuseas.
Desde el punto de vista ambiental, el exceso de sargazo altera los ecosistemas costeros, reduce el oxígeno en el agua y afecta la vida marina. Y si no se retira a tiempo, puede atraer insectos y generar focos de infección.
Muchas playas trabajan activamente en su recolección, buscando mitigar sus efectos sin dañar los ecosistemas. Para quienes planean vacaciones en zonas afectadas, es clave informarse sobre las condiciones locales y las medidas que se están tomando.