Cada año, miles de personas solicitan una visa B2 para viajar a Estados Unidos como turistas.
El proceso incluye llenar el formulario DS-160, acudir al Centro de Atención al Solicitante para la toma de huellas y, finalmente, presentarse a la entrevista consular. En esa última instancia, el oficial consular toma una decisión clave: aprobar o rechazar la solicitud.
La Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) de Estados Unidos establece que toda persona que solicita una visa no inmigrante debe demostrar que no tiene intención de quedarse de manera permanente.
Esta condición está contemplada en la sección 214(b), una cláusula que parte de la presunción de que el solicitante podría querer emigrar. Por eso, la carga de la prueba recae sobre el solicitante, quien debe convencer al oficial de que planea regresar a su país tras el viaje.
Esta disposición es la causa más frecuente de rechazo, incluso por encima de errores en el formulario o documentos faltantes. Y lo más importante: no puede apelarse.
Arraigo: el verdadero criterio que evalúan los oficiales consulares
Cuando se habla de "arraigo", se hace referencia al conjunto de factores que te vinculan fuertemente con tu país de origen. Esos lazos funcionan como garantía de que tu viaje a Estados Unidos será temporal y que volverás al finalizarlo.
Entre los principales elementos que demuestran arraigo se encuentran:
Empleo estable o actividad profesional continua
Propiedades o contratos de alquiler
Familiares directos con los que convives o dependes
Estudios en curso o compromisos académicos
Historial migratorio sin irregularidades
Uno de los errores más comunes es asumir que tener una cuenta bancaria abultada o una carta de invitación basta para obtener la visa americana.
En realidad, el oficial consular busca señales claras de que tu vida está firmemente arraigada en tu país y que no existe una motivación oculta para quedarte en Estados Unidos más allá del tiempo permitido.
Además, mencionar familiares que viven en EE.UU., sobre todo si están en situación migratoria irregular, puede jugar en contra. La entrevista dura solo unos minutos, pero cada detalle importa.
¿Cómo prepararte para evitar una negativa por el 214(b)?
Aunque la decisión final es discrecional, hay varias estrategias que pueden ayudarte a demostrar tu arraigo de manera más sólida:
- Lleva pruebas de tu empleo, como recibos de sueldo, constancia laboral o contrato.
Acredita tu residencia estable, mostrando facturas de servicios, contrato de alquiler o escrituras.
Muestra tus vínculos académicos, con certificados de estudio, credencial escolar o carta de tu institución.
Presenta tu situación económica, con estados bancarios, declaraciones de impuestos o comprobantes de ingresos.
Incluye un itinerario de viaje detallado, con reservas de hotel, pasajes y fechas concretas de regreso.
Además, sé claro y coherente al responder las preguntas. El oficial evaluará no solo tus documentos, sino también cómo te expresas, qué tan segura parece tu historia y si todo concuerda.
En caso de ser rechazado, recuerda que puedes volver a aplicar, pero solo cuando haya un cambio significativo en tus circunstancias personales, laborales o económicas.