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Durante la Primera Guerra Mundial, mientras el mundo contemplaba horrorizado el poder destructivo de los primeros tanques, la revista The Electrical Experimenter mostraba en su portada algo que parecía sacado de la ciencia ficción: un tanque completamente eléctrico.

Un siglo después, esa predicción finalmente se está materializando en los arsenales más avanzados del planeta, en un contexto geopolítico en el que algunos analistas ya hablan de una posible Tercera Guerra Mundial, impulsada más por la inteligencia artificial y la tecnología que por las bombas.

El visionario tanque de Peugeot que se adelantó un siglo

En 1917, en pleno fragor de la Gran Guerra, Peugeot presentó algo revolucionario: un tanque con motor híbrido. No era ciencia ficción, sino ingeniería francesa audaz. El sistema funcionaba con un motor de gasolina de 100 caballos que actuaba exclusivamente como generador, alimentando motores eléctricos que proporcionaban tracción a las ruedas.

La propuesta era brillante: eliminaba la necesidad de diseñar un complejo sistema de transmisión mecánica, algo tremendamente complicado en vehículos con ruedas dentadas.

Además, reducía las posibilidades de fallo mecánico, una ventaja crucial en el campo de batalla. Sin embargo, el ejército francés optó por el diseño de Renault, que priorizaba el armamento sobre la innovación en propulsión.

Paradójicamente, el sistema híbrido en serie de Peugeot es idéntico al que hoy utilizan coches modernos como el Nissan Qashqai e-Power: el motor de combustión solo genera electricidad, mientras que la propulsión es completamente eléctrica.

El AbramsX: cuando el futuro alcanzó el pasado

Ahora, acercándose aún más a esta predicción, General Dynamics acaba de presentar el AbramsX, calificado como "el tanque más avanzado desde la Guerra Fría". E

Entre sus características más destacadas está un motor híbrido que reduce el consumo de combustible en un 50% comparado con el M1 Abrams de los años 80. Pero la gran ironía es que Peugeot ya había pensado en esto hace más de cien años.

El AbramsX incorpora tecnología del siglo XXI: torreta automática no tripulada, sistema de protección activa capaz de derribar misiles, cañón XM360 de 120 milímetros y, quizás lo más impresionante, inteligencia artificial para identificar objetivos mediante dos escáneres independientes. El sistema proporciona información en tiempo real al comandante y artilleros para tomar decisiones estratégicas.

La propulsión híbrida no solo ofrece mayor autonomía, sino también una ventaja táctica crucial: el sigsigilo. Un tanque operando con baterías eléctricas es significativamente más silencioso que uno con motor diesel rugiendo a plena potencia.

Por qué tardamos 100 años en hacer realidad esta tecnología

La pregunta es inevitable: si la idea existía desde 1917, ¿por qué tardó un siglo en materializarse? La respuesta está en la tecnología de baterías. Durante décadas, las baterías eran demasiado pesadas, voluminosas y poco eficientes para aplicaciones militares exigentes. Un tanque requiere potencia masiva, autonomía considerable y resistencia a condiciones extremas.

Solo con el desarrollo de baterías de ion-litio avanzadas y sistemas de gestión energética sofisticados se volvió viable integrar propulsión eléctrica en vehículos de combate de 60 toneladas. La misma revolución tecnológica que permitió los coches eléctricos modernos finalmente alcanzó al armamento militar.

Además, durante la Guerra Fría y las décadas posteriores, el combustible era abundante y barato. No existía la presión económica ni estratégica para desarrollar alternativas. Hoy, la eficiencia energética es una ventaja operativa: menos reabastecimientos significan mayor autonomía y menos vulnerabilidad en la cadena logística.

El futuro de la guerra será silencioso y eléctrico

El AbramsX todavía es un prototipo, una demostración tecnológica que puede o no ser adoptada por el Ejército de los Estados Unidos, como se rumoreó. Pero representa una tendencia imparable: la electrificación del armamento militar. Israel ya desarrolla tanques sin tripulación con capacidad de transportar drones. China invierte masivamente en vehículos militares híbridos.

Lo que comenzó como una idea "imposible" en 1917 está redefiniendo la guerra moderna. Los tanques híbridos combinan lo mejor de ambos mundos: la autonomía de los combustibles fósiles con la eficiencia y sigilo de la electricidad. General Dynamics confía en vender cientos de unidades que podrían estar en servicio durante los próximos 30 años.

La ironía final es que aquella portada de The Electrical Experimenter, considerada fantasiosa hace un siglo, resultó ser profética. El futuro de la guerra será más silencioso, más eficiente y, paradójicamente, imaginado hace generaciones por visionarios que se adelantaron a su tiempo.