En esta noticia

Un reciente descubrimiento encendió las alarmas en la comunidad científica internacional: una región del Atlántico Norte, ubicada en el sur de Groenlandia, está experimentando un enfriamiento inusual que va a contramano de las tendencias globales de calentamiento.

Este fenómeno, denominado "punto frío", podría tener consecuencias drásticas para el equilibrio climático del planeta en las próximas décadas.

El misterioso punto frío en el Atlántico que enciende todas las alarmas

Investigadores de la Universidad de California Riverside identificaron una zona en el océano Atlántico Norte que, en lugar de calentarse como el resto del planeta, está experimentando un descenso sostenido de la temperatura.

Esta anomalía, también conocida como North Atlantic Warming Hole (NAWH), aparece en una región crítica en el sur de Groenlandia.

La causa principal parece ser el debilitamiento de la circulación meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), una corriente oceánica clave que transporta aguas cálidas hacia el norte y frías hacia el sur. Al perder fuerza, se altera la salinidad y temperatura del océano, dando lugar a este misterioso enfriamiento que preocupa a los científicos.

Cómo afecta el enfriamiento del Atlántico en el clima de la Tierra

El punto frío en el Atlántico no es solo una curiosidad científica: podría tener consecuencias directas sobre los patrones meteorológicos de todo el hemisferio norte.

Su influencia se extiende a regiones de Europa, América del Norte y África Occidental, generando alteraciones en el chorro polar, cambios en las lluvias, sequías intensas o inviernos más crudos.

Además, la estabilidad de los ecosistemas marinos también está en riesgo. La biodiversidad depende de rangos específicos de temperatura y salinidad. Cualquier alteración puede romper cadenas alimenticias y dificultar la producción sostenible de alimentos marinos o energía renovable basada en corrientes oceánicas.

El mar se enfría sin explicación y enciende todas las alarmas: ¿qué se puede hacer?

Aunque el fenómeno del enfriamiento del Atlántico Norte todavía se estudia, los científicos coinciden en que es urgente monitorear de cerca su evolución. Utilizando bases de datos globales de temperatura y salinidad acumuladas durante más de un siglo, se desarrollaron modelos climáticos que advierten sobre posibles consecuencias a 20 o 30 años.

Comprender este fenómeno permite anticiparse con políticas de adaptación: desde la protección de ecosistemas vulnerables hasta el rediseño de infraestructuras costeras o la planificación agrícola según nuevos patrones climáticos.

Mientras tanto, el misterioso punto frío en el Atlántico sigue creciendo y encendiendo todas las alarmas en el planeta.