En esta noticia

La República Popular China ha dado un golpe de autoridad en la carrera global por la fusión nuclear. El gigante asiático no solo ha desarrollado tecnología de vanguardia, sino que ha logrado solucionar el principal problema que paralizaba el avance hacia los reactores comerciales: el mantenimiento.

China, en su búsqueda constante por una fuente de energía limpia y virtualmente ilimitada, ha presentado una plataforma robótica monumental, apodada "Kuafu", que es la pieza clave para asegurar la viabilidad operativa a largo plazo de los futuros "soles artificiales".

Este avance no es solo un logro ingenieril; es una respuesta directa al reto más crítico de la energía de fusión.

China lo logró y resolvió el principal problema de la fusión nuclear en el mundo

El mayor problema de un reactor de fusión nuclear radica en su entorno extremo. Dentro del tokamak (la cámara del reactor), el calor, la radiación intensa y las poderosas fuerzas electromagnéticas deterioran constantemente los componentes internos. Estas condiciones hacen imposible que un ser humano realice labores de reparación o reemplazo.

El sistema de manipulación remota chino para el mantenimiento de reactores nucleares. Fuente: EFE

El nuevo sistema de manipulación remota chino está diseñado para operar en esta área inaccesible. Al dominar el mantenimiento en un ambiente tan hostil, China garantiza que los futuros reactores puedan funcionar de manera continua y eficiente, pasando de ser un experimento de laboratorio a una fuente de energía viable.

China supera a la competencia global

Bautizado en honor al proyecto CRAFT (Comprehensive Research Facility for Fusion Technology), el robot "Kuafu" es un portento de la ingeniería. La plataforma cuenta con tres brazos robóticos, cuyo brazo principal tiene una asombrosa capacidad de levantamiento: hasta 60 toneladas.

Esto es 30 veces más que el sistema más avanzado de Japón, el cual puede soportar solo 2 toneladas, e incluso supera las 45 toneladas que puede manejar el proyecto internacional ITER. Más allá de su fuerza bruta, el sistema opera con una precisión milimétrica, esencial para manipular los delicados y pesados componentes de un reactor. Con estas especificaciones, China ha creado, sin lugar a dudas, el más avanzado en el campo de la fusión.

Al resolver el desafío del mantenimiento, China ha eliminado la barrera más significativa para la operatividad a escala industrial de la fusión nuclear. La tecnología no solo demuestra la destreza del país asiático en la ingeniería de vanguardia, sino que también acerca al mundo a un futuro donde la energía limpia e ilimitada generada al imitar el corazón del sol podría ser una realidad.