Fuente: Freepik
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El Alzheimer no es solo una enfermedad de ancianos. Aunque generalmente se asocia con personas mayores de 65 años, los primeros síntomas pueden manifestarse décadas antes de lo que la mayoría imagina, incluso desde los 40 años en casos de inicio temprano.
Esta enfermedad neurodegenerativa afecta principalmente la memoria, el pensamiento y el comportamiento, y los investigadores aún no lograron identificar una causa única o un gen específico que la provoque.
¿A qué edad comienza realmente el Alzheimer?
Si bien la mayoría de los casos se diagnostican después de los 65 años, investigaciones recientes revelan que el Alzheimer puede aparecer prematuramente.
En Estados Unidos, 11 de cada 10.000 adultos entre 30 y 64 años sufren la enfermedad de forma temprana, con síntomas cognitivos que pueden comenzar a manifestarse desde los 40 años.
El alzheimer prematuro suele estar relacionado con mutaciones en genes específicos como APP, PSEN1 y PSEN2.
Los antecedentes familiares también juegan un papel importante: si un familiar cercano como un padre o hermano padeció la enfermedad, el riesgo aumenta significativamente.
Lo primero que se olvida: señales iniciales que no debes ignorar
Los primeros olvidos suelen estar relacionados con eventos recientes o información recién aprendida.
Según la Asociación del Alzheimer, los pacientes comienzan a desconocer fechas importantes, piden repetidamente la misma información y dependen cada vez más de notas o dispositivos para recordar lo que antes hacían por sí mismos, mucho antes del diagnóstico oficial.
A medida que la enfermedad progresa, las personas pueden experimentar dificultades para seguir el hilo de una conversación o recordar recetas que antes conocían de memoria.
Estos pequeños cambios cognitivos suelen pasar desapercibidos inicialmente, confundiéndose con el estrés o el envejecimiento normal.
Síntomas comunes que pueden alertarte sobre el Alzheimer
Existen señales tempranas que podrían indicar el desarrollo de la enfermedad y que no deberían ignorarse:
- Cambios en la memoria: además de olvidar eventos recientes, se olvidan fechas y acontecimientos importantes que antes recordaban sin problema.
Dificultad para resolver problemas: tareas que antes resultaban sencillas se vuelven complicadas, como seguir un plan o recordar los pasos de una receta conocida.
Problemas con tareas cotidianas: actividades rutinarias como pagar facturas o seguir instrucciones se vuelven confusas.
Alteraciones en el lenguaje: dificultad para seguir conversaciones o encontrar las palabras adecuadas durante una charla.
Cambios de humor y personalidad: aparecen variaciones bruscas en el estado de ánimo, junto con sentimientos de confusión, ansiedad o depresión que antes no estaban presentes.
Reconocer estos síntomas tempranamente puede permitir diagnósticos más oportunos y un mejor manejo de la enfermedad, mejorando la calidad de vida de quienes la padecen.
