En vistas de la candidatura presidencial del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado en Curitiba, para los comicios de octubre, su Partido de los Trabajadores comenzó una campaña para asimilar su figura a la de su candidato a vicepresidente, Fernando Haddad.
En todo caso, el objetivo es que velozmente Haddad -que tiene poca llegada al público en directo- cobre visibilidad, según difundió Folha de Sao Paulo.
Esta semana subieron un video a la web de Lulaque superpone imágenes de ambos, el audio de discursos de Lula, y Haddad concluyendo: "Somos Lula. Somos millones de Lula".
Según la Ley de la Ficha Limpia, el cofundador del PT es inelegible porque ésta determina que ningún condenado en segunda instancia pueda presentarse a una elección. Sin embargo, su defensa mantiene su candidatura hasta una decisión final del Tribunal Superior Electoral (TSE) y entiende que no hay impedimentos para que participe en la campaña propagandística.
Pero no parece tarea fácil transferir la popularidad del dos veces presidente a su delfín Haddad, que apenas tiene 4% de intención de voto en caso de que finalmente quede como candidato central del PT. Además, sólo un 31% de los electores de Lula votaría por quien indique su líder, frente a un 48% que afirma que no acataría forzosamente una consigna de voto.
"Lula es Haddad"
El 31 de agosto será el inicio formal de la campaña petista para instalar el lema "Lula es Haddad", con la mira puesta en impulsar una transferencia de votos del expresidente al exalcalde, con eslóganes como "Lula y Haddad y el pueblo. Lula es Haddad. Es el pueblo. Es el Brasil feliz de nuevo".
De su parte, The New York Times sigue manifestando el apoyo a la candidatura de Lula. El martes publicó una nota -en sintonía con la de la semana previa- titulada "Por qué deberían permitirle a Lula que compita para ser presidente", firmada por el ex canciller mexicano Jorge Castañeda en el exgobierno conservador de Vicente Fox
Según Castañeda, el proceso actual de definir si Lula podrá competir o no "presenta un conflicto entre la democracia" y el poder de la ley, para lo cual "no existe solución buena, pero esta vez la democracia precisa prevalecer sobre la justicia".
Encuestas
En tanto, Datafolha divulgó su última encuesta sobre las intenciones de voto del electorado brasileño para los comicios del 7 de octubre y le atribuye un 39% al encarcelado expresidente, en comparación con el 30% de junio. En segundo lugar apunta al diputado de ultraderecha Jair Bolsonaro con 19% (17% en junio) sin que ninguno de los otros 11 candidatos supere la barrera del 10% en esos comicios.
En una segunda vuelta (prevista para el 28 de octubre), Lula, de 72 años, derrotaría a Bolsonaro por 20 puntos de ventaja (52% a 32%) y por un margen aún mayor a cualquiera de sus otros eventuales adversarios. El crecimiento de Lula ya fue registrado esta semana por otras dos encuestas de los institutos MDA e Ibope, que atribuían al exmandatario (2003-2010) un 37% de intenciones de voto.