Desde el Indec venimos sosteniendo que los aumentos de precios que se verificaron en el primer trimestre del año se deben, fundamentalmente, al incremento del precio de los diferentes cortes de carne vacuna. Esta afirmación se basa en el análisis serio y objetivo de la información que diariamente relevamos en carnicerías, supermercados y autoservicios de la totalidad del Gran Buenos Aires; y su comparación con la evolución de precios del resto de las variedades incluidas en el ndice de Precios al Consumidor.
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) -que mensualmente elabora el Indec con idéntica metodología desde hace más de 7 años- se utiliza para mensurar las proporciones de hogares y población que se encuentran en situación de indigencia. La misma está compuesta exclusivamente por alimentos y se refiere a los mínimos requerimientos kilocalóricos y proteicos que un individuo -adulto equivalente, 2700 kilocalorías diarias- necesita para subsistir. En el primer trimestre de este año la CBA acumula un incremento del 9,6%.
En dicha canasta, la carne vacuna tiene una ponderación de 9,25%, medida como proporción de los kilos de carne sobre el total de kilos del resto de alimentos que componen la canasta. Por su parte, dicho producto tiene un 6,2% de peso relativo en la elaboración del ndice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires (IPC-GBA), como es lógico dado que el IPC-GBA incluye muchos más productos -y servicios- que la CBA. Por lo tanto, el impacto del aumento de la carne en la CBA es aún mucho mayor al que tiene en el IPC-GBA.
Adicionalmente, en la CBA se consideran 7 cortes de carne vacuna, con un aumento en el trimestre de aproximadamente el 30%. En tanto en el IPC-GBA se toman en cuenta 18 variedades de carne vacuna, con un aumento del 25% en el trimestre. Cabe aclarar que los diferentes cortes que se incluyen tanto en la CBA como en el IPC permanecen fijos, es decir son siempre los mismos.
La estabilidad de precios del resto de los alimentos se puede verificar en el hecho de que, si la carne vacuna no hubiese aumentado de precios en el primer trimestre del año, el aumento de la CBA se hubiera reducido al 1,43%, impactando en mucho menor medida sobre la población de menores recursos.
Este análisis no pretende desconocer el aumento de precios del alimento primordial en la mesa de los argentinos, sino tratar de aislar su efecto para permitir evaluar de forma correcta la evolución de precios del resto de los productos que componen el rubro alimentos y bebidas, sin introducir apreciaciones plagadas de subjetividad inconducente o clara intencionalidad política.