Con la premisa de controlar mejor las importaciones del sudeste asiático, y las ganas de Ricardo Echegaray por mostrar eficiencia de gestión, la Aduana incautó ayer dentífricos contaminados y “masajeadores que contracturan. La medida se enmarca en el mayor control a los bienes provenientes del llamado Grupo 4, que incluye a países como China, Tailandia, Vietnam y Singapur, entre otros de los grandes importadores de Asia.
Las pastas dentales estaban contaminadas con dietilenglicol, un compuesto prohibido tanto por el Ministerio de Salud de la Nación como por la estadounidense Food and Drug Administration (FDA). Esta sustancia, que en distintas ocasiones contaminó medicamentos, es altamente tóxica a nivel renal y hepático, tiende a deprimir el sistema nervioso central, y produjo muchas muertes en Panamá (en el 2006), India (1998), Haití (1996) o Sudáfrica (1969), entre otros.
En la misma partida, algunos de los dentífricos contaminados eran de fabricante desconocido. Además, llegó a detectarse una pasta dental producida en Sudáfrica, también de un productor desconocido, que era una falsificación de la marca Colgate. Según fuentes de la Aduana, contaminación y falsificación podrían encontrarse próximamente en partidas de hilo dental y enjuagues bucales.
Por otra parte, también se detectaron masajeadores que, en realidad, no eran efectivos como tales. En este caso, el importador era Sprayette Argentina, la conocida cadena de ventas telefónicas que ofrece desde corpiños sin bretel hasta ollas, taladros y una herramienta con 22 funciones. “Estos masajeadores no eran efectivos, y hasta producían un efecto adverso al buscado , comenta la fuente consultada. Entre las mercaderías sospechadas de afectar la salud, y que provienen del sudeste asiático, también están los anteojos, dientes artificiales, cepillos y pescado envasado, entre otros.