Desde la salida de la crisis argentina de 2001 y en todo el marco de las negociaciones bilaterales de los últimos años, el gobierno de Brasil aplicó lo que podríamos llamar ‘la paciencia estratégica’. Pero ahora la realidad política de nuestro principal socio comercial cambió. La entrada en el período eleccionario de cara a la presidenciales de 2010 juega un papel muy importante en la toma de decisiones.

En el contexto político actual, la administración de Lula tiene menos margen de maniobra para frenar los reclamos hechos por los industriales brasileños en contra de las medidas argentinas. El actual cambio de actitud del gobierno de Brasil manifestada en la colocación de sus propias medidas de restricción a las importaciones desde Argentina, busca dar respuesta a sus empresarios y, además, hacer un llamado de atención para que desde Argentina se revisen las licencias no automáticas que son criticadas.

El gobierno de Lula ha tenido siempre mucha sintonía política con el gobierno argentino, sobre todo en este último año que fue de elecciones legislativas en nuestro país. En muchos casos la administración de Lula incluso ha puesto presión sobre sus propios industriales para evitar mayores rispideces con los sectores productivos argentinos. En este momento, esa regla no escrita entre los países del Mercosur que señala que cuando un gobierno enfrenta elecciones sus socios no le ponen presiones, parece ser reclamada por el lado brasileño.

Las diferencias que enfrentamos hoy en el comercio bilateral son totalmente evitables. Se puede trabajar en una mayor comunicación con el gobierno brasileño para lograr una importante protección para la industria argentina y para minimizar los costos diplomáticos y comerciales que ocasionan estos desencuentros. La relación se puede desarrollar con muchos más beneficios para ambas partes si se alcanza una mayor comprensión de los tiempos políticos y económicos que cada uno está viviendo.

Historia de las nuevas fricciones

La actual fricción diplomática entre Argentina y Brasil por temas comerciales es en realidad una consecuencia de lo que ha sido el desarrollo de la relación en el último año y medio.

Para enfrentar la crisis global la Argentina decidió implementar medidas de restricción de las importaciones, a través de instrumentos como las licencias no automáticas, derechos antidumping y valores criterio, que afectaron con mayor intensidad los flujos de comercio con Brasil. Y, por lo tanto, creció la conflictividad bilateral. Lo que se intentó resolver a través de una nueva ronda de negociaciones sectoriales en el marco de la ‘Comisión de Monitoreo del Comercio Bilateral‘, incluyendo a los sectores sensibles tradicionales y a otros nuevos.

La disputa se asentó en las distintas percepciones del conflicto que tenían ambos países. Para Argentina, las medidas se justificaban como una forma de compensar el escaso avance de las cuestiones pendientes de la integración, que fueron responsables del elevado déficit en el intercambio industrial con Brasil. Para este último, negociar en los mismos sectores se convirtió en una vuelta atrás en el avance logrado en los últimos años, pero lo peor fue que los nuevos acuerdos alcanzados no se cumplieron por las demoras de la Argentina en la autorización de las licencias.

Las medidas de restricción implementadas por la Argentina alcanzan al 17,3% del monto importado desde Brasil. Por lo tanto, los temas de mayor repercusión en la agenda actual siguen siendo mejorar la operatividad del sistema de licencias, la continuidad y monitoreo del cumplimiento de los acuerdos sectoriales, el análisis de eventuales desvíos de comercio y el seguimiento de las medidas de defensa comercial.

La crisis de la que el mundo ya se recupera, pero sobre todo la falta de comprensión de la situación en la que se encuentra cada país, hizo perder parte del terreno ganado, no sólo en materia de intercambio comercial, sino en el tratamiento diferenciado para los sectores sensibles. A la Argentina todavía le falta definir qué quiere lograr de la relación con su principal socio comercial, para así poder llevar adelante una estrategia comercial adecuada.