El gobierno sigue cometiendo el mismo pecado, nada original por cierto, que es el germen de la inflación y el endeudamiento en la Argentina: el rojo fiscal en el primer bimestre del año llegó a $ 288.000 millones, equivalentes a u$s 1500 millones de dólares (según su cotización en la Bolsa). Lo preocupante es la carga de intereses que va en fuerte aumento, dado que llegó a $ 195.000 millones en los dos primeros meses del 2022. Si se compara con igual período del 2021, cuando los intereses ascendieron a sólo $ 62.000 millones, representa un incremento del 314% interanual. ¿Qué está pasando? Los números fiscales en general en este comienzo del año vinieron con peor performance a lo supuesto en el mercado, incluso en comparación con años anteriores. El economista Martín Polo destacó a El Cronista que "el resultado primario, antes del pago de intereses, en el primer bimestre fue negativo, de 0,2% del PBI". Extiende ese cálculo a los arranques de los últimos 12 años y observa que sólo en 2015 y en 2017 tuvo lugar un resultado peor de las cuentas públicas, con rojos equivalentes a 0,4% y 0,3% del PBI. Polo, jefe de Estrategia de Cohen Aliados Financieros, además lleva ese porcentaje al rojo global, incluyendo el pago de intereses de la deuda, y entonces el primer bimestre del 2022 pasa a tener un déficit equivalente al 0,5% del PBI, sólo superado en los inicios del 2015 y el 2020. Los intereses se van convirtiendo gradualmente en una pesada carga para el Tesoro Nacional. En el incremento del primer bimestre influyen vencimientos de bonos puntuales. Igual queda en evidencia que la moneda en la cual estén emitidos los títulos de deuda poco influye: los pagos salen de la misma arca. La posibilidad de una eventual licuación de la deuda, salto de precios y dólar, en caso de que se complique el clima financiero también es limitada. Ese recurso, tan utilizado por gobiernos en el pasado, tiene como consecuencia que los inversores rechacen posicionarse en títulos de deuda a tasa fija en pesos y apuesten básicamente a los papeles indexados por la inflación o por el dólar oficial. En la licitación de deuda del Tesoro Nacional de la semana pasada, el 84% de los títulos emitidos se tuvo que hacer en aquellos que ajustan por el CER, es decir la evolución del Índice de Precios al Consumidor. El acuerdo con el FMI pone límite a la emisión de pesos por parte del Banco Central (BCRA), pero traslada el financiamiento del rojo fiscal a lanzar un festival de bonos por parte del ministro de Economía, Martín Guzmán, para cubrir ese bache. Una de las dudas que se comienzan a plantear, dada la bola de nieve en gestación, es cuan sostenible es la deuda argentina, una de las preocupaciones del titular del Palacio de Hacienda cuando asumió en 2019 pero que al parecer dejó de serlo. Incluso en el acuerdo recientemente firmado con el staff del FMI, no hay un análisis concreto de ese capítulo financiero. El riesgo país en casi 1800 puntos refleja por si sólo las dudas del mercado sobre la capacidad de pago de la deuda argentina.