Los papeles argentinos en dólares ya se operan a paridades del 19% en medio de la creciente desconfianza de los inversores sobre la capacidad de pago de la deuda. Paradójicamente este fenómeno se produce dos años después de la restructuración realizada por Martín Guzmán que extendió los plazos de pago y redujo los cupones de intereses. El valor total de los papeles en dólares a ese 19% de paridad promedio es de apenas u$s 14.000 millones y desde el canje de bonos del ex ministro de Economía, las pérdidas superan el 50%. Más allá del temor a un nuevo default de la Argentina, uno de los errores de la restructuración efectuada por Guzmán es que al no tener pagos semestrales importantes y sólo contar con amortizaciones desde el 2024, los fondos de inversión no encuentran valor en el corto y mediano plazo a la deuda argentina. No tiene flujo de fondos en el corto plazo y cuando los tenga, se duda de que se los pague. Silvina Batakis superó el primer test de deuda en pesos y armó colchón para fin de mes Esos u$s 14 mil millones de valor obviamente no significan que el gobierno podría recomprar todos los bonos en dólares a ese precio. Con sólo pasar una orden por u$s 100 millones ya los precios subirían significativamente. De todas maneras, si el Gobierno tuviera cierta liquidez financiera podría aprovechar este derrumbe de los papeles para recomprar parte de la deuda y enviar una señal al mercado. Es la decisión que toman las empresas cuando sus acciones se desploman en las bolsas. El GD35 se operó al cierre a 19,25 dólares mientras que el GD30 lo hizo a u$s 20,71 y el AL30 a u$s 18. Fuentes del mercado financiero aseguraron que ya hay varios fondos extranjeros prestos para apostar a una recuperación de los papeles argentinos. Pero la realidad es que las perspectivas domésticas no son nada alentadoras y nadie asegura que lo peor ya quedó atrás. El riesgo país se ubicó a 2.734 puntos, nuevo récord en la gestión de Alberto Fernández. Lisandro Cleri desde el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSES es quien lidera en la incipiente gestión de Silvina Batakis las decisiones en materia financiera. El Banco Central no tiene reservas y ya posee papeles en pesos en exceso como para salir a recomprar bonos en dólares. Una alternativa que algunos funcionarios deslizaron pero muy compleja de instrumentar es utilizar las acciones de empresas que tiene en su poder el FGS para obtener financiamiento y recomprar bonos con el mismo. La alta incertidumbre política y económica complican cualquier plan en ese sentido. Pero además la situación en los mercados emergentes completa un panorama oscuro. El alto dato de inflación en Estados Unidos conocido ayer, 1,3% en junio, asegura fuertes subas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Los principales fondos de inversión norteamericanos en países emergentes tuvieron retiros de dinero lo que inmediatamente gatilló ventas de sus tenencias. Hubo un aumento en el riesgo país emergente y caída en sus monedas contra el dólar. En el caso de Brasil, la moneda norteamericana ya se opera a 5,41 reales. ¿Podrá un nuevo Gobierno desde el 10 de diciembre del 2023 evitar una nueva restructuración de la deuda? Diferentes referentes económicos de la oposición aseguran que no sería necesario pero depende del estado en que reciban la economía. Sólo una cuestión es clara: la incertidumbre de hoy persistirá en el corto y mediano plazo.