En medio de un contexto de creciente tensión en el frente cambiario, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) adjudicó este miércoles un valor nominal (VN) de u$s 26 millones en la segunda licitación de la Serie 4 de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL). Con esta colocación, el total adjudicado asciende a u$s 836 millones, lo que deja un margen disponible de u$s 2.164 millones sobre un tope máximo autorizado de u$s 3.000 millones. La nueva subasta se dio en un escenario distinto al de la primera licitación. El tipo de cambio oficial pasó de $1.160 a $1.248, lo que encareció el "dólar Bopreal" implícito y afectó el atractivo relativo del instrumento. Aun así, el precio del BPO28 -bono representativo de esta serie- cerró la jornada en u$s 82,75, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) del 9,37%, sostenido en parte por la suba reciente de los bonos dolarizados, tanto soberanos como corporativos. La Serie 4 del BOPREAL fue diseñada como una herramienta estratégica dentro de la Fase 3 del Programa Económico, lanzado el pasado 11 de abril. Su objetivo central es facilitar una salida ordenada a los pasivos comerciales y financieros en moneda extranjera, acumulados por las empresas hasta el 12 de diciembre de 2023, incluyendo dividendos, utilidades retenidas y deudas con entidades vinculadas. Al mismo tiempo, busca avanzar hacia una flexibilización gradual del régimen cambiario sin comprometer la estabilidad monetaria. Tras una primera licitación que despertó alto interés -con adjudicaciones por u$s 810 millones, el 27% del monto total disponible- el mercado esperaba una continuidad en la demanda. Sin embargo, fuentes oficiales ya habían anticipado que no era intención cubrir el total autorizado, dado que los u$s 3.000 millones serían más que suficientes para resolver los desequilibrios heredados por deuda comercial con el exterior. Desde el mercado se realizan dos lecturas: por un lado, una mayor demanda habría permitido al BCRA profundizar su estrategia de esterilización monetaria sin recurrir al financiamiento en pesos, cuyo costo se ha encarecido por la suba de tasas y los vencimientos concentrados. Por otro lado, una colocación más robusta también podría haber reflejado una creciente preferencia del sector privado por dolarizarse, incluso a un tipo de cambio implícito por encima del techo informal, lo que expresaría dudas sobre la sostenibilidad del programa económico en el mediano plazo. La próxima y última licitación de la Serie 4 está prevista para el miércoles 16 de julio, y será clave para medir el grado de alineamiento del empresariado con la hoja de ruta oficial, en un momento en que la estabilidad cambiaria continúa siendo uno de los principales desafíos macroeconómicos.