"Hasta ahora no me había preguntado nadie. Sos la primera", respondió, con bastante resignación, uno de los diez "arbolitos" que ayer a las 13:30 se concentraban en la calle Florida, entre Corrientes y Lavalle. Estaba ofreciendo dólares a $ 14, pero hasta ese momento no había tenido nada de trabajo. "No hubo consultas hoy. Lo que pasa es que la gente está esperando para ir a comprar al banco", confirmó la falta de actividad otro de los arbolitos, un colombiano sub-25, que ofrecía un cambio a 13,90 pesos.
El ritmo y el paisaje de la calle Florida ayer era igual a cualquier otro mediodía de diciembre en el microcentro porteño. Todo igual, excepto para los arbolitos en su mayoría hombres, pero circulaban algunas mujeres tambiénque seguían gritando el clásico "cambio, cambio" como un día habitual, pero con la certeza de que no era "el" momento para las operaciones de cambio callejeras.
"Nosotros seguimos pero esta semana va a ser difícil. Por ahora nadie quiere comprar ni vender", se lamentaba uno de ellos, de elegante traje marrón claro y auriculares conectados a su teléfono celular, justo en la puerta del local de la cadena Falabella, en plena peatonal. Sin embargo, se "esperanzaba" con algún tipo de caos en los próximos días, que les permita recuperar algunos de sus clientes. "Los dólares no están en los bancos. Los tienen las cuevas. Yo creo que la semana que viene algún despelote va a haber", señaló.
En las puertas de las casas de cambio, en la misma zona, tampoco había mucha gente a la espera de poder comprar dólares. La esperada imagen de las largas colas no se cumplió. Es más: en algunas había más periodistas y cámaras de televisión que clientes. Hubo movimiento, claro, pero la falta de precisiones sobre la modalidad de venta, hizo que sólo algunos pocos locales pudieran cumplir con la demanda recién a la tarde.
"Hubo un poco más de gente a la mañana, cuando abrimos. Pero no demasiado; consultan y se van", explicó uno de los encargados de seguridad del local del local de Casa Piano, en San Martín al 300. Después de las 13.30, en el mostrador de la tradicional casa de cambio aseguraban que la venta comenzaría media hora después. Pero los dos empleados no se ponían de acuerdo. "Volvé en 15 minutos", decía uno. "Mejor pasá en media hora", advertía el otro. Finalmente a las dos de la tarde arrancó la venta, con un precio de
$ 14,25 por dólar. La cola en ese momento era de unas diez personas y a cada una se le repetían los requisitos: "Vendemos hasta u$s 500 en efectivo. Si es más, con transferencia". Pero los que consultaban para cobrar cheques en dólares recibían una respuesta negativa.
Otras casas de cambio cercanas lucían un poco más vacías. Incluso una, en la esquina de Sarmiento y Reconquista, estaba con las puertas cerradas y un cartel que decía: "Estamos sin luz".