Se alinean los planetas para que el dólar marque una gran tendencia alcista. A medida que Estados Unidos surge de la Gran Recesión en mejores condiciones que el resto del mundo desarrollado, la divisa norteamericana avanza viento en popa.


Una ola de datos económicos positivos impulsó el rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años y lo colocaron otra vez por encima del 2% y dejó el índice S&P500 a sólo 1% del pico máximo. Y esas son buenas noticias para el dólar.


Sobre la base ponderada por el comercio, la principal moneda de reserva del mundo subió 4,5% en las últimas cinco semanas, mientras que el euro, la libra esterlina y el yen retrocedieron.


Está quedando cada vez más claro que Estados Unidos está gradualmente saliendo del lodo más rápido que las economías desarrolladas, aseguró Nicholas Pifer, gerente de cartera de Columbia Management.
Este desempeño relativamente mejor de EE.UU. está recuperando el rol de las tasas de interés en los mercados cambiarios. Básicamente, el alza del dólar está atrayendo más inversores extranjeros interesados en adquirir activos norteamericanos que generen ganancias cambiarias adicionales.


Aún cuando la Reserva Federal estuvo comprando bonos del Tesoro norteamericano conforme a su programa denominado quantitative easing (que en teoría provoca un alza en los precios de los bonos y una baja en los rendimientos), los rendimientos han subido comparado los bonos alemanes y japoneses, lo cual impulsó el dólar.


Alan Ruskin, director global de estrategia con monedas en Deutsche Bank, comentó: estamos volviendo al tradicional ciclo donde EE.UU. va a la vanguardia de una recuperación.


Los rendimientos de los bonos norteamericanos a 10 años subieron a su prima más alta desde 2011 contra los rendimientos nipones mucho más bajos. Los rendimientos de la deuda alemana a dos años se encuentra en un promedio de 18 puntos básicos por debajo de su referencia norteamericana, la mayor divergencia desde principios de enero, según Chandler.


Algunos advierten que esta divergencia en los rendimientos de los bonos no puede durar. Si así fuera, el reciente brote de solidez del dólar podría ser temporario. Pero quienes opinan que sí podría prolongarse en el tiempo mencionan como factor la autosuficiencia energética de Estados Unidos.


Así como los recortes de impuestos y el gasto militar de Reagan impulsaron la economía norteamericana y el dólar a principios de los ochenta; y el auge de las puntocom y la mayor productiviad alimentaron un mayor crecimiento a mediados y fines de los noventa, algunos analistas sostienen que la revolución del shale gas, que reducirá las importaciones de energía, transformará las perspectivas industriales de EE.UU.