Para los grandes y buenos actores del mundo de los hedge funds reunidos esta semana en Mónaco, hay sólo una operación que vale la pena mencionar: la venta de un barco de Bernard Madoff.
La lancha de 90 pies (27,4 metros), una de las más rápidas que existen, se está ofreciendo discretamente a la venta a 3 millones de euros (u$s 4,3 millones) esta semana durante la conferencia Gaim, uno de los eventos anuales más glamorosos del sector europeo de los hedge funds.
La embarcación de Madoff, llamada Bull, es el activo más valioso de su fortuna personal hasta ahora autorizado a ser subastado a excepción de su penthouse en Nueva York para recaudar dinero e indemnizar a las víctimas de su pirámide Ponzi por u$s 65.000 millones.
Mediante anteriores remates de los bienes personales de la familia Madoff se obtuvieron unos u$s 24 millones en total; entre los objetos vendidos se encuentra un clásico Aston Martin, porcelana antigua china y exóticos relojes.
Bull tiene cerca de 350 horas de uso y era continua y meticulosamente cuidado por el capitán original, aseguran los documentos distribuidos durante la conferencia. El precio de venta es significativamente inferior a su valor de lista, evidentemente debido a su conexión con el financista. Los asistentes de la conferencia interesados en adquirir la embarcación fueron invitados a ver una demostración desde el balcón del Café Llorca dirigido por el chef Alain Llorca, dos estrellas Michelin mientras tomaban una copa de champaña.
La vieron navegar por la costa monegasca a su velocidad máxima, 42 nudos (77 km/h). Si el propietario quiere mantenerse en el anonimato, un simple cambio de nombre es todo lo que se necesita, reza el folleto de Wyles Hardy, la agencia británica a cargo de la venta del barco, que tiene capacidad para que duerman seis personas y cuenta con un camarote con baño privado.
Los administradores de carteras cuyos clientes perdieron millones por haber invertido con Madoff siguen siendo mayoría en las conferencias Gaim. Muchos todavía no superaron la vergüenza de no haber tenido el debido cuidado y provocado esas pérdidas en las carteras.
