No son solo los inmigrantes a quienes tiene en la mira Donald Trump.
El candidato presidencial favorito por el partido Republicano también libró una batalla verbal contra Wall Street, acusando a los fondos de cobertura de "salirse con la suya", lo cual provocó cierta sorpresa a los bancos que ayudaron a financiar el aumento de su imperio comercial.
"Me causaron mucha gracia los comentarios de Trump sobre nosotros, siendo que él es prácticamente uno más de nosotros, al menos comercialmente hablando", afirmó un banquero de Wall Street cuyo grupo otorgó millones de dólares de financiamiento a las propiedades de Trump. "Se maneja con total naturalidad en Wall Street y entre los banqueros".
Trump dice no tener intereses especiales y se burla de los fondos de cobertura, describiéndolos como "tipos que cambian papeles de lugar... y tienen suerte", y resalta una diferencia con sus antecedentes de grandes proyectos de construcción.
Sin embargo, los grandes bancos y fondos de cobertura fueron centrales en el crecimiento del imperio comercial de Trump, ya que otorgaron préstamos a sus empresas, compraron participaciones en sus propiedades y reestructuraron sus deudas en momentos difíciles, tal como Trump reconoció en el pasado.
"Morgan Stanley es uno de los mejores bancos de inversión de Wall Street", dijo Trump en un comunicado de prensa de 2004, cuando el banco ayudó durante la quiebra de Trump Hotels & Casino Resorts, un holding de diversas propiedades. "Nos entusiasma la oportunidad de trabajar con (el ex director general de Morgan Stanley) Mitch Petrick y su equipo, dada su comprobada trayectoria".
Morgan Stanley fue el organizador líder del financiamiento de u$s 500 millones para la reorganización de la empresa, mientras que UBS asesoró a Trump Hotels y también colaboró en la organización de financiamiento. Morgan Stanley y otros grupos financieros se negaron a opinar sobre Trump.
Una vocera de la campaña de Trump dijo que el objetivo de sus críticas de Wall Street eran las grandes donaciones políticas y el vacío de la participación en los beneficios, que reduce los impuestos que los fondos de cobertura y los gestores de capitales privados deben pagar. "Trump financia su propia campaña y no le debe nada a estos grandes donantes de Wall Street o de cualquier otro grupo", manifestó la vocera. "El único interés especial de Trump es el pueblo estadounidense", dijo.
A la fecha, esta retórica "ajena" impulsó la campaña de Trump. Cuenta con un 36,5% de apoyo en la carrera por la candidatura del partido Republicano según un promedio de encuestas de RealClear Politics y lidera cómodo en las importantes primarias de New Hampshire.
Un banquero que participó en negocios inmobiliarios de Trump dijo que el multimillonario había forjado buenas relaciones con Wall Street, capitalizando el deseo de los profesionales financieros por sus negocios. También fue hábil al momento de renegociar acuerdos de deuda, para lo cual supo aprovechar bancos y fondos de cobertura que querían al menos recuperar algo de dinero de sus inversiones.
Estas habilidades ayudaron a Trump en la primera quiebra de una de sus empresas en 1991, que involucró al adeudado casino Taj Mahal de Atlantic City. Si bien Trump garantizó personalmente al menos u$s 900 millones de la deuda del Taj Mahal, evitó tener que declarar su quiebra personal convenciendo a los bancos, principalmente el Chase Manhattan Bank, de reestructurar pasivos.
Un año después, su Plaza Hotel de Nueva York presentó la quiebra. Aquí participó Citigroup, logrando que unos pocos prestamistas adquiriesen una participación del 49% en la empresa. El Plaza Hotel se vendió más tarde a un grupo de inversores extranjeros, entre los que se incluían el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, que recientemente se peleó en Twitter con Trump por el plan del candidato de prohibir el ingreso de los musulmanes en Estados Unidos.
Trump ya se había enfrentado con Wall Street. En 2008, demandó al Deutsche Bank y otros prestamistas por un préstamo de construcción de u$s 640 millones para el Trump International Hotel and Tower de Chicago. Trump manifestó que la crisis financiera le impidió cancelar el préstamo del Deutsche y de Fortress Investment en el plazo previsto.
El Deutsche Bank lo contrademandó para obtener el pago del préstamo. Ambas partes llegaron a un acuerdo en 2010, y el Deutsche extendió el plazo del préstamo cinco años.
La banca privada del Deutsche está otorgando un préstamo de u$s 170 millones a uno de los últimos proyectos de Trump, su hotel en Washington DC. La construcción del Trump International Hotel concluirá el año próximo.
Las relaciones de Trump con las altas finanzas eran más amistosas en 2009, durante la última quiebra de una de sus empresas. Trump Hotels & Casino Resorts, que levantó el pedido de quiebra en 2005, se vio nuevamente en aprietos bajo el nuevo nombre de "Trump Entertainment Resorts". Trump se unió a Avenue Capital, el fondo de cobertura fundado por Marc Lasry, para frustrar un intento de adquisición por parte de Beal Bank y Carl Icahn, el inversor activista. El plan que implementaron Trump y sus aliados del fondo de cobertura fue avalado por un juez de quiebra.
