La semana pasada minutos después de sobrevivir a una votación que habilitaba su juicio político, el peruano Pedro Pablo Kuczynski se mostró con espíritu conciliador mientras busca reconstruir su presidencia justo a un año de asumir un mandato quiquenal y pidió "la reconstrucción de nuestro país". "Peruanos", tuiteó, "mañana comienza un nuevo capítulo de nuestra historia".
El capítulo nuevo de la historia que espera Kuczynski quizás le sea esquivo. El presidente, casi mundialmente conocido como PPK, perdió la votación del jueves pasado en el Congreso por 19 a 78 votos, pero sus opositores se quedaron cortos y no lograron los 87 votos que necesitaban para destituirlo.
Sobrevivió no debido al apoyo enérgico de sus seguidores sino porque 21 miembros del parlamento se abstuvieron.
El presidente también tiene el mismo respaldo débil en el Congreso que la semana pasada, y las acusaciones de conflicto de intereses que condujeron a la votación probablemente empeoren con el tiempo en vez de disiparse.
"Sus problemas no desaparecieron" dijo Fernando Tuesta, profesor de ciencia política de la Universidad Católica en Lima. "Tenemos que ver un PPK diferente a nivel personal y a nivel político", agregó.
Es probable que el presidente cambie su gabinete, posiblemente antes de fin de año. Varios de sus ministros le pidieron que renuncie en vez de que enfrente la destitución, mientras que otros le ofrecieron sólo un tibio respaldo. Su ministro del Interior Carlos Basombrío confirmó su renuncia la mañana posterior a la votación.
La debilidad parlamentaria de Kuczynski significa que, por un lado, necesita un poder ejecutivo conciliador que tenga llegada a la oposición. Pero, por otro lado, el procedimiento de juicio político deterioró la atmósfera política en Lima a tal punto que hasta quisiera no tener ningún trato con sus opositores.
En un discurso en vísperas de la votación, Kuczynski insinuó eso al decir que se había equivocado en contemporizar con sus enemigos. "Decidí optar por el diálogo, no por la confrontación", dijo. "Hoy, sin embargo, estamos viendo las consecuencias de esa decisión".
PPK no tiene alternativa más que negociar. Su partido tiene sólo 18 de las 130 bancas del Congreso mientras que la oposición Fuerza Popular (FP) cuenta 71. También tiene poco apoyo parlamentario fuera de su propio partido, tal como lo demuestran sus 19 votos.
"Kuczynski tiene poco margen de maniobra", dijo María Luis Puig, analista especializado en Perú en Eurasia Group, agregando que si bien sobrevivió a la votación no hay nada que impida a la oposición pedir otra.
La mayor sorpresa fue el jueves y la que ofrece a PPK una luz de esperanza la abstención de 10 miembros del FP, incluyendo a Kenji Fujimori, hermano de la líder del partido Keiko Fujimori que efectivamente salvaron a Kuczynski.
El presidente del Congreso Luis Galarreta del FP dijo a Financial Times que el comportamiento de los 10 rebeldes es "desleal y muy serio". Si eso llevara a los rebeldes a echarlos del partido, podrían formar algún tipo de alianza con PPK.
La ruptura de Kenji Fujimori con su hermana es el último giro en la vieja novela peruana de los Fujimori. Kuczynski de manera polémica otorgó un indulto al padre de ambos, Alberto Fujimori, quien gobernó Perú de 1990 a 2000 pero fue sentenciado a prisión por corrupción y abusos a los derechos humanos. La medida generó criticas que afirman que Keiko Fujimori se abstuvo para garantizar el perdón al mayor Fujimori. Durante años, Keiko fue la evidente heredera presidencial pero perdió las últimas dos elecciones. Ahora, parece que Kenji sale de la sombra de su hermana.
Hace años que presionaba para que su padre sea liberado por motivos humanitarios, la cual es una medida muy polémica.
PPK insiste en que no hizo nada malo con respecto al escándalo de Odebrecht que lo puso al borde de un juicio político. Sin embargo, las encuestas señalan que la mayoría de los peruanos piensa lo contrario.
