La decisión de Google de poner fin al "primer clic gratis" su política que estipula que las editoriales de noticias deben "regalar" algunas notas para aparecer en los primeros lugares de las búsquedas representa, por sí sola, simplemente un paso. Pero Google está avanzando hacia algo más grande: apoyar activamente las noticias y la información paga.
La idea de que las editoriales tenían que depender totalmente de la publicidad en vez de cobrar por su contenido se está desvaneciendo.
Sería recomendable que las editoriales de noticias pensaran en el futuro. El hecho de que los gigantes de Internet y los consumidores ahora admitan que hay que pagar por la información de calidad no significa que el precio vaya a ser alto: más bien, los diarios y revistas se enfrentarán a un nuevo desafío.
El giro de Google es un reconocimiento de que la gratuidad conlleva un alto costo para el ecosistema de las noticias y para Google mismo. De cierta manera, existe perfecta lógica para sesgar los resultados en la búsqueda hacia el contenido gratis; es irritante hacer clic en un enlace y encontrar un paywall o muro de pago, razón por la cual sus algoritmos favorecen el fácil acceso.
Sin embargo, la facilidad de acceso no es el único bien del consumidor. Las noticias pueden ser buenas o malas, investigadas con profundidad o superficialmente para obtener la mayor cantidad de clics. Tras aplicar incentivos a favor de las noticias baratas con poca producción, Google y Facebook desataron una avalancha de contenido dudoso, desde lo sensacionalista hasta la absoluta falsificación.
Las grandes compañías de Internet pueden brindar bastante ayuda a las mejores editoriales. Facebook ofrece empezar a promover suscripciones cuando los usuarios han leído 10 artículos gratis, pero Google va mucho más allá. Además de abandonar el concepto del "primer clic gratis", está prometiendo apoyar las suscripciones de varias maneras.
Una es utilizando su tecnología de transacciones y pagos para procesar suscripciones, lo cual será un alivio para cualquiera que haya experimentado dificultades con los sistemas antiguos de algunas compañías editoras. Otra manera es agrupando su análisis de datos con el de las editoras, permitiéndoles identificar y dirigirse a suscriptores potenciales.
Hasta ahora, ha habido dos precios de noticias: gratuitas o costosas. Los lectores pueden seguir leyendo las noticias gratuitas financiadas por anuncios o pueden pagar por una o dos suscripciones que les brinden acceso ilimitado a excelentes publicaciones. Es una opción del consumidor curiosamente binaria.
Otros mercados de medios no funcionan así. Tomemos el ejemplo de la televisión por cable: los espectadores pagan a sus proveedores de cable por paquetes de canales, y a veces un extra por canales exclusivos de deportes y de películas como HBO. Pagar individualmente por cada canal costaría demasiado y sería demasiado complicado.
A medida que plataformas como Google comienzan a mediar en las noticias pagadas, es fácil imaginárselas armando "paquetes". También es fácil imaginarse que los consumidores quieran un servicio de este tipo.
