La economía británica se achicó en el cuarto trimestre del año pasado, con lo que crece el temor a un estancamiento y aumenta la probabilidad de que el Banco de Inglaterra decida emitir dinero.
El primer ministro David Cameron dijo que está decepcionado por las cifras de crecimiento, que muestran que la economía se contrajo 0,2% en el período.
Durante todo 2011 el Producto Bruto Interno británico creció 0,9%, o sea menos de la mitad de la tasa de expansión de 2010, que fue de 2,1%. Ed Miliband, líder del opositor Partido Laborista, acusó al gobierno de complacencia y le dijo que se está quedando sin excusas por el pobre desempeño económico.
Aunque en general los economistas no pronostican una recesión en W, o de doble caída, son pesimistas sobre las perspectivas de crecimiento. Incluso si el Reino Unido evita una recesión, parece haber poco margen para una recuperación significativa durante la primera mitad de 2012, dijo Allan Monks, economista de JPMorgan.
Mervyn King, presidente del Banco de Inglaterra, indicó esta semana que la entidad seguiría emitiendo dinero durante un tiempo y advirtió que será otro año difícil para un país que sufre una resaca de deuda. King agregó que, tras la caída en la producción más marcada desde los años 30, es probable que la senda de la recuperación sea ardua, larga y despareja.
