Donald Trump adoptó una estrategia de control de daños después de hacer comentarios inflamatorios sobre una moderadora de Fox News, aunque muchos de sus rivales para la candidatura presidencial de 2016 se negaron a denunciarlo.

La difícil situación refleja el dilema que enfrenta el partido Republicano desde que Trump subió de repente en las encuestas para convertirse en el favorito. Los rivales no quieren alejar a sus partidarios censurando sus declaraciones, especialmente porque Trump se negó durante el primer debate Republicano a descartar la posibilidad de postularse como independiente.

Pero al partido también le preocupa que sus comentarios distraigan y enajenen a algunos votantes republicanos, especialmente a las mujeres, algo que hasta el mismo Trump pareció reconocer. Apareció en tres de los principales programas de noticias de televisión para decir que sus recientes comentarios habían sido mal interpretados.

Megyn Kelly, una de los moderadores del debate de Fox News, provocó su ira después de hacerle preguntas difíciles. Después de criticar a Kelly en Twitter, Trump le dijo a CNN: "Se le podía ver la sangre saliéndole por los ojos, la sangre saliéndole por no sé qué sitio". Muchos interpretaron el comentario como una referencia a su menstruación.

"Iba a decir por la nariz y las orejas. Es una frase muy común", aclaró a CNN, añadiendo que quien creyera que se refería al periodo de una mujer era un "pervertido". Dijo que él "estima" a las mujeres e insistió que no había cruzado ninguna línea con los comentarios sobre Kelly. "¿Quién haría tal declaración? Sólo una persona enferma pensaría en eso", dijo.

Aunque muchos rivales republicanos elogiaron a Kelly, el gobernador John Kasich de Ohio, el ex gobernador Mike Huckabee y otros se negaron a denunciar directamente a Trump. El senador Marco Rubio le dijo a Meet the Press de NBC que, dada la atención que atrae, él quería abstenerse de comentar.

"He tomado una decisión con Trump. Si comento sobre todo lo que dice, eso consumiría toda mi campaña", dijo Rubio. "Será lo que hago todo el día."

En otra señal del tono cauteloso del partido sobre Trump, Reince Priebus, director del comité nacional republicano, canceló su participación en Face the Nation de CBS. Después de que el magnate se negara durante el debate a apoyar al comité republicano si él no ganaba, Priebus intentó minimizar la preocupación sobre un tercer partido, diciendo que Trump quiere ser el candidato republicano.

La participación de Trump en el primer debate de las elecciones primarias en Fox News ayudó a alcanzar las calificaciones más altas en la historia para un debate de primarias, con 24 millones de televidentes, demostró que él es una potencia en la campaña, independientemente de lo que diga. La popularidad de Trump subió dramáticamente a pesar de anteriores comentarios despectivos sobre los inmigrantes mexicanos y sobre el historial de la guerra de Vietnam de su copartidario republicano John McCain.

Jeb Bush, el ex gobernador de Florida, fue uno de los pocos candidatos que repudiaron directamente los recientes comentarios de Bush sobre Kelly. Bush, considerado el favorito del ala moderada del partido, tiene más por ganar de una caída de Trump, la cual le podría dar al ex gobernador de la Florida el impulso que necesita después de varias meteduras de pata y una actuación rígida durante el debate.

"Vamos. Por favor", dijo Bush durante el evento conservador RedState en Atlanta el fin de semana. "¿Queremos ganar? ¿Queremos insultar a 53% del electorado? Lo que dijo Donald Trump está mal".

La ex directora ejecutiva de HP Carly Fiorina, la única candidata mujer republicana, también se declaró fuertemente en contra de Trump, diciendo que a veces su competencia había sido cuestionada debido a sus hormonas femeninas.

"Fue completamente inapropiado y ofensivo", dijo Fiorina, quien fue elogiada por su actuación en un debate separado con los siete candidatos de menor puntuación en las encuestas.