El presidente de la Empresa de Investigación Energética (EPE), Mauricio Tolmasquim, dijo ayer que no considera necesario garantizar cupos para la financiación de ciertas fuentes de producción en las licitaciones para compra de energía eléctrica de nuevos emprendimientos (A-3) y de contratación de energía de reserva (subasta de reserva), que se realizarán el 17 y 18 de agosto. El directivo desestimó críticas de algunos empresarios que cuestionan la autorización para que todas las fuentes (hídrica, eólica, biomasa y gas natural) participen de la subasta.
(Los empresarios) reclaman porque nadie quiere competencia, dijo Tolmasquim durante el 12º Encuentro Internacional de Energía realizado en San Pablo. La EPE habilitó para las licitaciones a 321 emprendimientos que en conjunto suman una capacidad instalada de 14.083 megawatts.
Cuando no se tiene una preferencia por alguna fuente lo más razonable para el consumidor es que sea la fuente más barata. Sin ninguna razón específica, considero mejor que exista competencia entre todas las fuentes y que el precio revele al más competitivo, dijo Tolmasquim. El directivo agregó que el hecho de que todas las fuentes participen de la subasta de corto plazo no significa que en los próximos años no se vayan a crear cupos. Entonces la discusión será otra: ¿por qué diablos el gobierno no permite que todas las fuentes compitan libremente entre sí? ¿Por qué el gobierno interviene en el mercado?, argumentó.
El investigador dijo que se han registrado 582 proyectos para participar de la subasta y que se mantuvieron las mismas proporciones de tipos de fuentes inicialmente interesadas. Fueron eliminados proporcionalmente emprendimientos de cada fuente. No hubo fuente más habilitada, puntualizó.
Las usinas eólicas están al frente de las habilitaciones, con 240 parques autorizados a participar de las subastas, totalizando 6.052 MW. Les siguen las termoeléctricas a biomasa, con 43 emprendimientos y 2.750 MW de potencia. Luego vienen las pequeñas centrales hidroeléctricas (27 proyectos y 443 MW), las termoeléctricas a gas natural (10 unidades habilitadas y 4.388 MW) y las hidroeléctricas (un proyecto de 450 MW).
Tolmasquim dijo que si Brasil crece a una tasa de 5% anual necesitará 61 mil megawatts más en la matriz energética brasileña, que actualmente cuenta con 115 mil MW. Visto así parece un enorme desafío, pero no lo es tanto, puesto que ya fueron contratados 42 mil megawatts, que ya están en construcción o en vías de iniciarse, apuntó. Falta definir los restantes 19 mil megawatts, para los que priorizaremos fuentes hidráulicas y alternativas, detalló Tolmasquim. Si en el mundo menos de 13% de las fuentes de energía son renovables, en Brasil ese porcentaje es de 45% y se mantendrá estable hasta 2020, concluyó.