

A poco más de dos horas en coche desde Barcelona, Cadaqués aparece como un destino inevitable para quienes buscan escapar del bullicio urbano. Aislado por montañas y rodeado de mar, este rincón costero se mantiene fiel a su identidad con un encanto difícil de definir, pero imposible de olvidar.
Conocido como el "Santorini español" por su arquitectura encalada y sus callejuelas luminosas frente al mar, Cadaqués fue fuente de inspiración para Salvador Dalí, quien convirtió este enclave marítimo en su refugio creativo, hoy convertido en museo.

Un "Santorini mediterráneo" que respira arte e historia
Cadaqués está enclavado en una pequeña bahía del Cap de Creus, el punto más oriental de la Península Ibérica. Su acceso, aún rodeado de montañas, refuerza la sensación de estar en un lugar detenido en el tiempo.

Su casco antiguo está protegido como Bien Cultural de Interés Nacional. Sus casas blancas, estrechas calles empedradas y perfumadas con adelfas invitan a perderse mientras se respira el pasado pesquero que aún palpita en cada rincón.
El refugio de Salvador Dalí y un entorno natural singular
Cadaqués no sería lo mismo sin Salvador Dalí. Su casa en Portlligat, ahora museo, conserva intacta la atmósfera de intimidad surrealista donde nació buena parte de su obra.
Desde ahí se puede explorar el Parque Natural del Cabo de Creus, un lugar que mezcla lo salvaje de mar y la roca donde el viento y la luz crean paisajes casi irreales. Con formaciones rocosas únicas, antiguos barracones de pesca y una vegetación mediterránea adaptada al viento, este paisaje en uno de los más evocadores del Mediterráneo.
Cadaqués desafía el turismo de masas
Uno de los atractivos de este pueblo es que no es un destino masivo. Este verano, fue uno de los preferidos por turistas franceses, que valoran su paseo marítimo, gastronomía local e imagen de serenidad.
Además, fue elegido como uno de los mejores pequeños destinos de Europa por la prestigiosa revista Travel+Leisure, y National Geographic lo eligió como uno de los pueblos españoles más bellos.
Qué se puede hacer en Cadaqués
Cadaqués no solo enamora por la estampa de sus casas blancas frente al Mediterráneo, sino también por la riqueza de rincones que ofrece a quien decide adentrarse en sus calles y alrededores.
Un paseo por su casco histórico revela callejuelas empedradas llenas de galerías de arte, pequeñas tiendas locales y bares tradicionales donde degustar pescado fresco o la célebre "taps de Cadaqués", un dulce típico de la zona.

El encanto se prolonga en su entorno natural. A pocos kilómetros, las calas escondidas del Cap de Creus, como Cala Culip o Cala Jugadora, sorprenden por sus aguas turquesas y paisajes rocosos moldeados por el viento. También merece la pena recorrer la costa en kayak o barco, una forma distinta de descubrir acantilados y cuevas marinas.
Para quienes buscan tranquilidad, el paseo marítimo de Cadaqués ofrece una panorámica inolvidable al atardecer, mientras que el mirador de Es Pianc regala una de las vistas más icónicas del pueblo. Y en la parte más elevada, la Iglesia de Santa María preside el horizonte con un retablo barroco que es considerado uno de los más impresionantes de Cataluña.
Cómo llegar a Cadaqués desde Barcelona
- Conducir por Gran Via de les Corts Catalanes/C-31.
- Continúa por C-31. Conduce desde C-32, N-2 y E-15/AP-7 hacia Santa Llogaia d'Àlguema. Toma la salida 4 de E-15/AP-7.
- Seguir por N-2 y C-260 hacia GI-614 en Cadaqués.
La distancia entre ambos puntos es de 170 km. y el tiempo de viaje es de dos horas y 21 minutos.















