

Viajar al extranjero implica adaptarse a las normativas locales, que pueden variar significativamente de un país a otro. En ocasiones, un gesto cotidiano, como llevar alimentos para consumo personal, puede convertirse en una infracción con consecuencias económicas considerables.
Desde el 12 de abril de 2025, el Reino Unido ha implementado una nueva normativa que prohíbe a los viajeros procedentes de la Unión Europea, incluidos los turistas españoles, introducir en su territorio productos cárnicos y lácteos para consumo personal.
Esta medida busca prevenir la propagación de la fiebre aftosa, una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta al ganado, aunque no representa un riesgo directo para los humanos.

Qué productos están prohibidos
La restricción abarca una amplia gama de alimentos de origen animal. Está prohibido ingresar con:
Carne de vacuno, ovino, caprino y porcino, ya sea cruda, cocida o curada.
Productos cárnicos como embutidos, jamón, salchichas y patés.
Productos lácteos como leche, queso, yogur y mantequilla.
Sándwiches que contengan carne o queso, incluso si están envasados o adquiridos en tiendas libres de impuestos.
Las únicas excepciones contempladas son cantidades limitadas de leche infantil, alimentos medicinales y ciertos productos compuestos como chocolate, galletas, pan y pasta .
Cuáles son las sanciones
El incumplimiento de esta normativa puede acarrear multas de hasta 5000 libras esterlinas (equivalentes a aproximadamente 6000 euros) para quienes intenten ingresar con los productos prohibidos. Además, los artículos serán confiscados y destruidos en el punto de entrada.
Es importante destacar que la medida se aplica exclusivamente a Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) y no afecta a Irlanda del Norte, Jersey, Guernsey o la Isla de Man, debido a sus diferentes acuerdos comerciales y sanitarios.

Recomendaciones para los viajeros
Para evitar inconvenientes y sanciones, se recomienda a los viajeros:
No transportar productos cárnicos ni lácteos en el equipaje, incluso si están envasados o comprados en tiendas duty-free.
Consultar las normativas actualizadas en los sitios oficiales del gobierno británico antes de viajar.
Declarar cualquier alimento de origen animal en la aduana y, en caso de duda, entregarlo voluntariamente para su inspección.
Además de buscar proteger a la población, esta medida refleja el endurecimiento de los controles fronterizos del Reino Unido en el contexto post-Brexit y subraya la importancia de mantenerse informado sobre las regulaciones locales al planificar un viaje internacional.
















