En esta noticia

En la provincia de Guadalajara, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha (España), se encuentra Roblelacasa, un bonito pueblo, que destaca por su arquitectura negra, construida a base de pizarra, y las llamadas cascadas del Aljibe, una formación natural de saltos de agua escalonados.

Este enclave forma parte de la conocida ruta de los pueblos negros, una de las propuestas del turismo de interior en España. Además de su valor patrimonial y paisajístico, este pueblo permite disfrutar de rutas bien señalizadas, como la del Camino de Matallana, que conduce a estas cascadas naturales.

Arquitectura y naturaleza: así es Roblelacasa, el bonito pueblo de Guadalajara

Ubicada en la cara sur de la sierra de Ayllón, Roblelacasa es una pequeña pedanía que depende administrativamente del municipio de Campillo de Ranas.

Forma parte del conjunto de pueblos negros de Guadalajara, caracterizados por una arquitectura tradicional basada en el uso de la pizarra como material principal, lo que da a sus edificaciones un aspecto oscuro y robusto.

Pese al abandono de muchas de sus viviendas, algunas casas siguen en pie gracias a la tenacidad de sus vecinos, que apuestan por conservar su patrimonio cultural. No existe un trazado urbano definido: cuadras, huertos y viviendas se distribuyen de forma irregular, en perfecta armonía con el entorno montañoso.

Desde Roblelacasa parte el sendero que lleva a uno de los atractivos naturales más emblemáticos de la región, las cascadas del Aljibe, también conocidas como pozos de Matallana.

Se trata de dos saltos de agua encadenados, el primero de unos 3 a 4 metros y el segundo de entre 7 y 8 metros, que forman balsas naturales de agua cristalina. La mejor época para visitarlas es en primavera, cuando el caudal es más intenso y el paisaje se viste de verdes vibrantes.

Cómo llegar a las cascadas del Aljibe desde este bonito pueblo

El acceso principal a las cascadas del Aljibe parte directamente desde Roblelacasa, a través del sendero conocido como Camino de Matallana. La ruta es de dificultad baja-media, con un recorrido total de seis kilómetros (ida y vuelta), y una duración aproximada de dos horas y media.

Durante el trayecto, los caminantes se adentran en un entorno que pasa de zonas arboladas a paisajes dominados por matorrales como la jara. Antes de llegar a las cascadas, se cruza el arroyo de Soto por un puente, ideal para hacer fotografías o simplemente disfrutar de las vistas.

Otra alternativa es iniciar la caminata desde la pedanía de El Espinar, también dentro del municipio de Campillo de Ranas. En este caso, se trata de una ruta circular de aproximadamente 10 kilómetros y 3 horas y media de duración. Aunque algo más exigente, ofrece una experiencia igualmente gratificante.