

Tras idas y venidas, finalmente el consorcio liderado por Sidenor cerró un acuerdo con el fondo británico Trilantic y la familia Oriol por su participación del 29,7% en Talgo.
La operación es por 156 millones de euros, mismo monto ofrecido por los compradores cuando el 30 de mayo pasado se cumplió el plazo dado por Trilantic para recibir ofertas por sus acciones en el fabricante vasco de trenes de alta velocidad.
En concreto, el consorcio vasco y Pegaso (sociedad integrada por Trilantic y la familia Oriol) informaron el traspaso 36,86 millones de acciones, esto es el 29,9%, derechos de voto tras descontar la autocartera, además del 29,7% del capital social.
Conocida la noticia del acuerdo, que se firmó el jueves según informó la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la cotización de las acciones de Talgo se suspendieron esta mañana para retomar la cotización a las 12:30 horas.
La sesión cerró con una subida de los títulos de la empresa fundada por la familia Oriol del 10,26%. Con todo, la acción sufre una desvalorización del 12,50% desde inicios de año.
Del total de las acciones involucradas en la operación, Pegaso venderá 33.856.141, en tanto, los restantes vendedores en conjunto las restantes 3.008.707.
A su vez, los títulos adquiridos por el consorcio se repartirán por partes iguales entre Clerbil (sociedad familiar de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor), Finkatuz y Fundación Bancaria BBK, a quienes les tocarán un 8,50 del capital social a cada uno. En tanto, a Fundación Bancaria Vital, sus poco más de 5 millones de acciones, le dan derecho a una porción de la tarta del 4,24%.

Como prestación, el precio fijo por acción acordado por las partes alcanza los 4,25 euros que suman los 156 millones de euros en los que firmó el acuerdo de venta. Per cápita, los principales compradores deberán abonar 45 millones de euros, mientras que a Vital le corresponde 22,4 millones.
Asimismo, se fijó un precio variable contingente en virtud del cual si durante los 24 meses siguientes a la fecha en que se consume la compraventa cualquiera de los miembros del consorcio se compromete a transmitir acciones de Talgo a un tercero por un precio unitario superior a 4,25 euros fijados en el contrato.
Éste deberá abonar a los vendedores un importe equivalente al producto entre el número de acciones transmitidas y un porcentaje del exceso determinado, fijado en el 100% para la parte del exceso hasta 5 euros por acción; y el 50% para la parte del exceso que exceda de 5 euros por título.
Por otra parte, a los vendedores estarán imposibilitados hasta el 15 de marzo de 2026 de adquirir acciones de Talgo, como tampoco ejercitar su derecho de designación de consejeros del consejo de Administración del fabricante vasco de trenes mediante el sistema de representación proporcional o de otro modo.
Por último, el documento destaca que se espera que la operación se consume con anterioridad al 31 de enero de 2026, una vez cumplidas todas las condiciones del acuerdo.
Próximos pasos
Se espera ahora la convocatoria de una junta general extraordinaria de Talgo cuyo principal orden del día es la aprobación de la estructura de financiación de la compañía a los efectos de realizar el traspaso definitivo de las acciones y el inicio de una nueva etapa.
En efecto, hay que recordar que refinanciación de la deuda de más de 460 millones de euros fue desde el primer momento una condición indispensable para Jainaga y sus socios vascos.

El esquema de financiación, que involucra a una veintena de entidades financieras, ya estaría prácticamente consensuado, según los analistas que siguen la operación.
Pero hay más: la inyección aún pendiente de 150 millones de euros en Talgo pactada entre la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el Gobierno vasco, dinero que deberán aportar en partes iguales, o lo que es lo mismo, 75 millones cada uno. El Ejecutivo autonómico desembolsará este importe a través de su fondo Ekarpen, que cuenta con Kutxbank como principal accionista.














