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En la actualidad, un número creciente de familias españolas considera a los animales como un integrante más de su núcleo familiar. Cada vez más personas optan por compartir su vida y su hogar con sus mascotas, hasta el punto de que, según un estudio de Fotocasa, en el 44% de los hogares españoles reside un perro o un gato.

Sin embargo, la búsqueda de un hogar adecuado para ambos puede resultar complicada. De acuerdo con la investigación realizada por la fundación Affinity en colaboración con Fotocasa, únicamente el 4% de las viviendas en alquiler en España indican que permiten mascotas.

Muchos inquilinos desconocen si es legal que el propietario del inmueble les prohíba tener animales y si la normativa les protege en caso de ser desalojados al descubrir que poseen una mascota.

En este contexto, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece directrices claras. No prohíbe la tenencia de animales en el hogar, pero concede a los propietarios la facultad de decidir si aceptan o no a las mascotas en su vivienda, un aspecto que debe ser discutido por los inquilinos antes de formalizar el contrato de alquiler.

¿Puede el propietario prohibirme tener mascotas en casa?

De acuerdo con la LAU, la tenencia de mascotas en una vivienda solo se encuentra prohibida si el contrato de arrendamiento incluye una cláusula que estipule de manera explícita la prohibición de la presencia de animales en la propiedad. En ausencia de tal cláusula, los inquilinos tienen la libertad de poseer mascotas en su hogar.

Con el fin de prevenir un conflicto de intereses entre el arrendador y el arrendatario, es fundamental establecer claramente los términos relacionados con la convivencia de animales. Algunos propietarios muestran mayor disposición hacia ciertas especies, como los gatos o las tortugas, que tienden a ser menos ruidosas en comparación con los perros.

Al abordar este aspecto del contrato de arrendamiento, se puede considerar la contratación de un seguro de hogar que cubra posibles daños, o bien, presentar evidencia del buen comportamiento de la mascota en residencias anteriores. De esta forma, se puede lograr una mayor flexibilidad por parte del propietario.

¿Pueden echarme por tener una mascota en mi vivienda?

En el supuesto de que el contrato de arrendamiento establezca la prohibición de tener animales y los inquilinos incumplan esta cláusula de manera clandestina, se estaría cometiendo un incumplimiento del contrato de alquiler, lo que otorga al arrendador el derecho a desalojar al arrendatario de la propiedad.

Dicha acción podrá ser respaldada por el artículo 27 de la LAU, que establece que el propietario tiene la facultad de resolver el contrato "cuando en la vivienda tengan lugar actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas". Esta disposición incluye, entre otros aspectos, los ladridos excesivos o recurrentes, que podrían dar lugar a quejas formales por parte de los vecinos.

En tales circunstancias, tras la resolución del contrato, el propietario procederá a evaluar si la vivienda presenta daños que pudieran haber sido causados por la presencia de mascotas. En caso de que se detecten, el arrendador podría retener una parte o la totalidad de la fianza para cubrir los costos de reparación correspondientes.

Perspectivas de los propietarios acerca de las mascotas

Según los datos de Fotocasa Research, un 58% de los propietarios de viviendas estaría dispuesto a permitir animales en sus inmuebles, sin embargo, solo el 4% de ellos publica anuncios de alquiler que mencionen explícitamente la aceptación de mascotas.

En este contexto, el tamaño de los perros se convierte en un aspecto determinante para muchos arrendadores. Un 37% de los inquilinos no tiene inconvenientes en aceptar animales pequeños o medianos.

Por otro lado, los animales grandes enfrentan más obstáculos para ser aceptados, ya que solo el 17% de los propietarios estaría dispuesto a permitirlos. Además, un 10% de los arrendadores aceptarían animales siempre que se encuentren en jaulas o en áreas específicas de la vivienda, como el jardín o la terraza.

La encuesta también reveló que los jóvenes son más propensos a aceptar animales. De acuerdo con los datos, el 77% de las personas entre 25 y 34 años estarían dispuestas a permitir mascotas si decidieran alquilar su piso.