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Si bien no se esperan grandes novedades para el Capital Markets Day, que se reunirá el próximo 24 de septiembre para actualizar el plan estratégico hasta 2026, los últimos movimientos de Iberdrola indican un cambio en la dirección de los negocios de la empresa que preside Ignacio Sánchez Galán, consecuencia, quizás, del varapalo que Donald Trump le propinó a la compañía cuando este verano frenó un proyecto de eólica marina de 14.600 millones de dólares liderado por Avangrid, filial de la eléctrica en Estados Unidos.

La repulsa que siente Trump por este tipo de energía obliga a la multinacional española replantearse la hoja de ruta diseñada con anterioridad, que tenía a la apuesta por la energía eólica en Estados Unidos como eje de su plan de negocios. De esta manera, se entiende los últimos movimientos de la multinacional española que coloca, ahora, el negocio de redes eléctricas reguladas como objetivo principal.

Tras la suspensión de su proyecto eólico en Estados Unidos, los últimos movimientos de la multinacional española dejan entrever este cambio de estrategia hacia energías reguladas. (Imagen: archivo)

Y en este camino puede inscribirse el acuerdo alcanzado para vender el 100% de las acciones de Iberdrola Renovables Magyarország KFT, que posee su negocio en Hungría, a un consorcio formado por Premier Energy y al grupo húngaro iG TECH CC. Operación por la que el Grupo recibirá 171,2 millones de euros por las acciones de la compañía y de un dividendo distribuido antes del cierre. Los activos vendidos incluyen 158 megavatios (MW) de capacidad eólica operativa, puestos en marcha por Iberdrola desde su entrada en el país en 2008.

En el comunicado que la compañía comunicó la operación deja claro el cambio de orientación, ya que afirma que esta transacción forma parte de la estrategia de Iberdrola de enfocar sus inversiones en negocios y mercados clave, principalmente en redes en Estados Unidos y Reino Unido, así como en generación regulada o con contratos a largo plazo, donde se maximiza la estabilidad y previsibilidad de los ingresos.

Para enseguida añadir que está plenamente alineada con la concentración de actividades de Iberdrola Energía Internacional para centrarse en los mercados principales de la Unión Europa (UE), así como en Australia.

Cambio de paso

Así es cómo el revés de su apuesta por la energía eólica en Estados Unidos, llevó a la eléctrica replantear sus preferencias. "Iberdrola llevaba tiempo diciendo que iba a invertir menos en España para apostar por el mercado estadounidense. Incluso planeaba sacar a Bolsa el negocio offshore (la eólica marina), que era el gran foco de crecimiento para la compañía. Ahora, este revés le cambió el paso", afirma Víctor Peiro, analista de GVC Gaesco.

Bankinter matiza cuando recuerda que en realidad Iberdrola ya planeaba aumentar el peso de su negocio de redes, "con inversiones previstas de 55.000 millones de euros para el periodo 2026-31, con el objetivo de que la base de activos regulados del grupo pase desde los 51.000 millones de euros hasta los 90.000 en 2031".

Al tiempo que los analistas del banco afirman que en principio el negocio de redes gusta a los analistas por su visibilidad y menor volatilidad al desarrollarse en marcos regulatorios predecibles, también siembran dudas cuando se preguntan si esta si esta actividad será capaz de contribuir al crecimiento a largo plazo de Iberdrola, que la dirección prometió situar entre digito simple medio y alto. "Es decir, si va a ser capaz de aportar tanto crecimiento como se preveía por el lado de las renovables, en especial la eólica marina", lanzan el interrogante.

Otros movimientos que afirman el cambio de tendencia

Durante 2025, Iberdrola anunció varias alianzas estratégicas a largo plazo y operaciones de rotación de activos. Entre ellas se incluye el reciente acuerdo para consolidar su posición en Brasil como accionista mayoritario en Neoenergia, la venta de sus negocios en México, y su asociación con Masdar para co-invertir 5200 millones de euros en el parque eólico marino en el parque eólico marino del Reino Unido.

Precisamente en Brasil, país que Iberdrola considera mercado estratégico, la compañía redobló su apuesta en el negocio de redes eléctricas reguladas, donde logró la renovación anticipada de la concesión de Neoenergía Pernambuco, una de sus grandes distribuidoras en gigante sudamericano. Así, la empresa garantiza la continuidad de su operación durante tres décadas más, ya que la vigencia del nuevo contrato va de 2030 hasta 2060.

Iberdrola da marcha atrás en la eólica y apuesta por las redes eléctricas. (Imagen: archivo)

Aprobación, por otra parte, que le da motivos para justificar la adquisición, en septiembre pasado, de la participación accionarial de Caixa de Previdência dos Funcionários do Banco do Brasil (Previ) en Neoenergia, por la que Iberdrola aumentó su participación en la compañía brasileña en un 30,29%, movimiento que le permitió controlar el 84% del capital social de su filial brasileña.

La importancia de esta renovación (y del resto que se espera para los próximos meses) radica en que la filial brasileña le permitirá a Iberdrola un crecimiento adicional del beneficio neto del Grupo por más del 2,5%, según Renta 4.