

El Gobierno no dudó en utilizar la última bala que le quedaba para herir de gravedad la OPA hostil que lanzó BBVA sobre Banco Sabadell. Prueba de ello es que esta mañana, el country manager de BBVA en España, Peio Belausteguigoitia, aseguró que el banco continúa analizando la decisión del Gobierno sobre la operación y que todavía no descarta ninguna de las opciones, entre las que figura retirar la oferta o acudir a la vía judicial.
"Es nuestro deber el tener todas las alternativas dentro de un análisis y dentro de una evaluación, porque tenemos un deber fiduciario con los intereses de nuestros accionistas", afirmó el ejecutivo en los Cursos de Verano de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander.
Con las cartas sobre el tapete, ahora le toca a BBVA mover ficha que, cuando se produzca, se verá si sigue apostando por la operación. Ya sea mejorando la oferta, aceptar los plazos, acudir a la Justicia -como días atrás nombró esa opción el presidente de la entidad, Carlos Torrres Vila-, o levantarse de la mesa.
Así las cosas, la espera para conocer los próximos pasos de los vascos no se hará esperar. "Será en breve, en las próximas fechas, y lo cierto es que no lo puedo concretar más, pero tampoco tenemos ningún afán en que se vaya retrasando este proceso", lanzó Belausteguigoitia en su comparecencia.

En cuanto a la vía judicial, el country manager, y tras eludir hacer una valoración de la actuación del Gobierno, destacó que, de acuerdo a la interpretación de la ley, la entidad solo contemplaba "la posibilidad de mantener o suavizar las condiciones". Afirmación que abre la puerta a que la discusión de OPA hostil amplié su espacio llevándolo al judicial contra el Gobierno.
En concreto, el directivo contó que la visión del banco es que la Ley de Competencia solo contempla que el Ejecutivo mantuviese o flexibilizase las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a diferencia de lo que finalmente hizo el Ejecutivo.
Consecuencias de las barreras impuesta
Posiblemente la clave de porqué la decisión del Consejo de Ministros golpea duramente la estrategia de BBVA diseñada para la fusión con Banco Sabadell, la encontramos en los 850 millones de euros que el banco calculó el ahorro de costes que podía conseguir con la integración de la entidad catalana. Si se disgrega por ítems, podrá verse que, de ese monto, 300 millones provendrían del ajuste de costes de personal, camino hoy inviable por la prohibición que impuso el Gobierno a la reducción de plantilla.
A lo que hay que sumar otros 100 millones de euros de ahorros de coste de financiación y 450 millones a través de la reducción de gastos tecnológicos. Este último punto es sumamente sensible ya que BBVA necesita saber si en el periodo, como mínimo de tres años en el que ambas entidades no podrán unir sus patrimonios, podrá prescindir o no de la plataforma tecnológica de Banco Sabadell.
BBVA, vale recordar, es uno de los bancos de España más competitivos en tecnología, con inversiones anuales de unos 1000 millones de euros. Con todo, también juega en el interés del banco de deshacerse de esta unidad del Sabadell, los muy largo plazos de amortización contraídos por el banco opado.
Ya en su momento se encargó el propio consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, de mostrar lo cara que le saldría a BBVA esa decisión. González-Bueno cuantificó que dar de baja la plataforma del banco y cerrar sus centros de datos podría suponer un cargo negativo de 900 millones de euros para los vascos, monto, además, al que habría que sumar otros 200 millones necesarios para hacer la migración de sus clientes a la plataforma de la entidad vasca.
Mal presagio de los accionistas minoritarios del Sabadell
Para la asociación de accionistas minoritarios de Banco Sabadell existen altas probabilidades de que la OPA finalmente sea retirada, debido al "notable desfase entre el precio ofrecido y el valor actual real de Banco Sabadell", afirma en un comunicado distribuido esta mañana.
"Este desequilibrio, unido a la excelente evolución financiera que está experimentando el banco, convierte la propuesta en desfavorable para los intereses de los accionistas, quienes además enfrentarían un significativo impacto fiscal negativo si la operación se llevara a cabo bajo las condiciones actuales, ya que tendrían que pagar a Hacienda un importe mayor de lo que recibirían del BBVA en efectivo", sigue.
La asociación va más allá al asegurar que la operación implicaría graves consecuencias económicas y sociales en regiones donde Banco Sabadell desempeña un papel fundamental en la financiación de pequeñas y medianas empresas, como Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia, Galicia y Asturias.
Paso seguido, hace suyo el argumento de quienes se oponen a la OPA hostil al destacar que "una potencial fusión aumentaría excesivamente la concentración bancaria, reduciendo la competencia, encareciendo el crédito y dificultando el acceso a financiación para pymes y autónomos".
Las dudas de los inversores institucionales
Los inversores institucionales coinciden en destacar que BBVA deberá mejorar la propuesta de la OPA si quiere seguir adelante, a pesar de las "duras" condiciones adicionales impuestas por el Gobierno.
Algunos de ellos hacen hincapié en los tres años impuestos por el Ejecutivo en que ambas entidades deberán mantener separados tanto el patrimonio como la autonomía de gestión; para otros, existen más factores que atentan contra la rentabilidad de la operación.
Así, desde RBC Capital el mayor problema no es tanto el plazo, sino el deterioro del valor estratégico de la operación. "BBVA no podrá aplicar economías de escala ni tomar decisiones conjuntas sobre red, personal o concesión de crédito, al menos hasta 2028", y añaden que, de esta manera, "las sinergias, esto es beneficios derivados de la combinación, quedan tan diluidas que resulta difícil justificar la operación sobre el papel".
Los analistas de RBC Capital subrayan que tres años es mucho tiempo, "y la incertidumbre casi kafkiana sobre una posible prórroga hasta cinco, basada en el ambiguo principio del interés general, es difícil de digerir". Tanto, que para ellos BBVA debería dar un paso atrás y compensar a sus accionistas por un año fallido mediante una gran recompra de acciones.
En la misma línea se apunta Bloomberg Intelligence. Su analista, Lento Tang, dice que la entidad vasca "podría estar mejor si se retira".
Nuria Álvarez, tras recordar que la propuesta de BBVA no supone un pago en efectivo ya que está planteada mediante el intercambio de acciones, el accionista de Sabadell recibiría un título de BBVA más 0,70 euros en efectivo por cada 5,3456 acciones de la entidad catalana, "hoy por hoy, al accionista de Sabadell le sale más a cuenta vender en el mercado que acudir a la OPA". Y recuerda que "en sintonía con lo que venimos defendiendo desde hace un año, para lograr la aceptación del 50% de los accionistas del banco opado, BBVA tendría que mejorar la oferta".
"La condición clave de que BBVA y Sabadell deben seguir siendo entidades jurídicamente independientes durante un máximo de cinco años parece dura, pero no es inesperada. Aunque añade complejidad operativa, no cambia la lógica que subyace a la operación", piensa Filippo Alloatti, head of Research for Financials de la gestora Federated Hermes.
Tampoco escapó de los análisis la posible venta de TSB, la filial británica de Banco Sabadell. De acuerdo a RBC Capital, "la entidad aún podría anunciar la venta de TSB a corto plazo, lo que supondría el golpe definitivo a esta transacción". Y añaden: "No obstante, una vez que se disipe la incertidumbre, esperamos que la dirección presentará lo antes posible una estrategia clara para operar de forma independiente, así como posibles usos del capital excedente si finalmente se concreta la venta de su filial británica".

Posición del Banco Sabadell
A todo esto, el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, aseguró hoy que se plantearía la venta de su filial británica TSB si la operación crease valor.
Por otra parte, el directivo destacó que "cuando el 24 de junio hagamos la exposición del plan estratégico comentaremos sobre nuestra propia evolución para que los accionistas puedan comparar eso con un folleto que esperamos que sea completo, el primer folleto no lo fue".
Asimismo, confirmó que los accionistas del banco tendrán que pagar impuestos a la plusvalía por la parte en metálico si finalmente deciden vender sus títulos. Punto seguido, subrayó que, tras revisar los datos, "el 88% de los accionistas tendrá que pagar más impuestos de lo que recibirá de la parte en efectivo por la venta de sus acciones".
También tuvo tiempo para lanzarle una "pulla" a su rival: "La moneda de cambio que ofrece BBVA son unas acciones que tuvieron la peor evolución de todas las acciones bancarias en España, y por debajo de la evolución de los bancos europeos desde que se planteó la OPA", remarcó.












