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En la rutina diaria, los tuppers de plástico se han convertido en una herramienta indispensable para miles de hogares. Ya sea para almacenar alimentos, llevar el almuerzo al trabajo o congelar sobras, estos envases parecen ser la solución perfecta para ahorrar tiempo.

Sin embargo, detrás de esta comodidad cotidiana, se esconde un riesgo silencioso que podría estar afectando la salud de millones de personas.

Según datos de la organización Cicloplast, en España se generan unas 2,5 millones de toneladas de envases de plástico cada año, pero sólo el 51% se recicla, según Eurostat.

Esto significa que una gran parte termina acumulándose o degradándose, aumentando los riesgos asociados a su uso prolongado. La falta de información y conciencia sobre el estado de los tuppers que usamos diariamente es un problema que podría tener consecuencias graves en la salud.

¿Por qué debes tirar a la basura tu tupper de plástico dañado?

Merja Virtanen, especialista de la Autoridad Alimentaria de Finlandia, ha lanzado una advertencia clara: "Los daños en el plástico pueden provocar que sustancias químicas y microplásticos migren del envase de plástico a los alimentos que entran en contacto con él". Según la experta, aunque un uso puntual de un envase dañado no es peligroso, el uso continuado puede ser muy perjudicial para la salud.

Virtanen explica que las señales de alerta son claras: manchas blancas, grietas o deformaciones en el plástico indican que el envase debe desecharse inmediatamente. "Si aparecen marcas blancas en estos recipientes de plástico, es el momento de deshacerse de ellos para siempre", asegura la especialista.

Además, advierte que no todos los plásticos son aptos para el microondas o el lavavajillas. "En el microondas, la temperatura de los alimentos puede superar el límite de resistencia al calor del plástico. Esto puede causar daños en la superficie del envase, permitiendo que se liberen sustancias tóxicas", señala.

Los riesgos de usar tuppers dañados para la salud

El uso prolongado de tuppers dañados puede tener efectos acumulativos en el organismo, como la migración de sustancias químicas como bisfenol A o ftalatos a los alimentos. Estos compuestos se han relacionado con problemas de salud como daño hepático, renal, diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Virtanen subraya que "el uso individual de un envase dañado no causa ningún daño a la salud del consumidor, pero se debe evitar el uso continuo de envases de plástico dañados".

Además, la Autoridad Alimentaria de Finlandia recomienda no reutilizar envases de alimentos desechables como los de helado, ya que no han sido diseñados para resistir el contacto prolongado con otros alimentos. "El fabricante sólo prueba el envase para el uso que se indica en el embalaje", concluye la experta.

En definitiva, es momento de revisar los tuppers de la cocina y asegurarse de que están en buen estado. Si presentan manchas blancas, grietas o no son aptos para el microondas, lo mejor es tirarlos -siempre a través del reciclaje- y proteger así la salud de toda la familia.