Este lunes, cinco comunidades autónomas españolas permanecen en alerta meteorológica por condiciones climáticas adversas. Las regiones afectadas son Canarias, Andalucía, Aragón, Cataluña y Castilla-La Mancha, con especial gravedad en el archipiélago canario y la provincia de Cádiz, donde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido avisos naranjas por fuertes rachas de viento y fenómenos costeros.
Alerta naranja en Canarias y Andalucía
En las islas Canarias, las zonas más afectadas son La Gomera, El Hierro y Tenerife, donde rachas de viento del sur-sudeste podrían alcanzar los 100 km/h, especialmente en las cumbres y vertientes norte. En La Gomera, también se incluye la vertiente oeste bajo aviso naranja.
El resto de las islas del archipiélago, como Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y La Palma, se encuentran en alerta amarilla por vientos que podrían llegar a los 70 km/h, afectando principalmente a las vertientes norte y oeste de Lanzarote y Fuerteventura, así como a la cuenca de Tejeda y las vertientes norte y oeste de Gran Canaria.
Además, en La Palma, La Gomera y Tenerife hay alerta amarilla por fenómenos costeros adversos. Se esperan vientos del este o sudeste con intensidades de entre 50 y 74 km/h, que podrían generar oleaje peligroso en la costa norte.
En Andalucía, la provincia de Cádiz enfrenta una alerta naranja debido a fuertes vientos en el Estrecho, especialmente al oeste de Tarifa y mar adentro al sur de Trafalgar. Las rachas, provenientes del este o sudeste, podrían oscilar entre 62 y 74 km/h.
Por su parte, las provincias de Granada, Málaga y Sevilla están en alerta amarilla por fenómenos costeros y vientos de entre 70 y 90 km/h
Bajas temperaturas en Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña
En Aragón, las provincias de Huesca y Teruel registran avisos amarillos por temperaturas mínimas que podrían descender hasta los -6 °C, situación similar a la de Cuenca y Guadalajara, en Castilla-La Mancha, y Lleida, en Cataluña.
Según Aemet, la alerta naranja indica un riesgo meteorológico importante que podría generar peligros para las actividades habituales. En el caso de la alerta amarilla, el riesgo es menor y afecta principalmente a actividades concretas.