

En el barrio de Parque Chacabuco en Ciudad de Buenos Aires, un hecho sacudió a toda la comunidad: la muerte de Mario Villanueva Moure, un jubilado español de 79 años, durante un violento robo en su casa de la calle Estrada al 900. La conmoción no solo se debe a la pérdida de una figura muy querida, sino también a las sospechas que recaen sobre la joven cuidadora que estaba con él esa noche.
Mario Villanueva, oriundo de España pero radicado en la Argentina, era un ex empleado de la aerolínea Iberia, viudo, padre de dos hijos, y convaleciente desde hace años por un accidente cerebrovascular (ACV) que había limitado su movilidad. La madrugada del lunes, dos delincuentes ingresaron a su vivienda y lo encerraron. Poco después, Mario falleció de un infarto, probablemente provocado por el miedo y el estrés del momento.
Mientras avanza la investigación, la hipótesis que toma fuerza es que la cuidadora -una joven de 20 años que no era la titular- habría facilitado el ingreso de los asaltantes. Según los investigadores, uno de los ladrones sería su cuñado, y el otro, un amigo.

Sin signos de entrada forzada y una autopsia que puede cambiarlo todo
La teoría inicial de los investigadores es que la joven abrió la puerta-de forma literal o figurada-a dos cómplices durante la madrugada del lunes. Los ladrones permanecieron cerca de 30 minutos dentro de la casa, tiempo suficiente para revolver todo en busca de objetos de valor. Según confiaron fuentes del caso a Infobae, durante ese lapso golpearon al jubilado de forma brutal.
Cuando los agentes de la Comisaría Vecinal 7B llegaron al lugar, alertados por el llamado de un vecino que escuchó gritos, encontraron a la cuidadora alterada y a Villanueva ya sin signos vitales. Los médicos del SAME constataron su fallecimiento. En un principio, la joven intentó hacerse pasar por víctima del asalto, alegando que había sido encerrada en una habitación tras sorprender a los intrusos. Sin embargo, su relato empezó a hacer agua.
Uno de los elementos que más llamó la atención de los investigadores de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad fue que no había signos de ingreso forzado. Esa inconsistencia, sumada a ciertas contradicciones en el testimonio de la cuidadora, terminaron por quebrar a la joven, quien terminó confesando que había actuado como entregadora. Incluso, reveló que uno de los delincuentes buscados es su cuñado.
El caso es investigado como "robo y homicidio" por la Fiscalía Nacional en lo Criminal N°9, a cargo del fiscal Lucio Herrera, con intervención de la secretaria Cecilia Kelly. Por ahora, hay una persona detenida y dos prófugos: el cuñado de la joven y un cómplice suyo, quienes huyeron tras el crimen.
El cuerpo de Villanueva presentaba múltiples golpes y estaba fuera de su habitación. Los investigadores ahora intentan determinar si el jubilado fue asesinado a golpes o si murió de un infarto producto del estrés generado por el violento episodio. La autopsia será determinante para esclarecer la causa de la muerte.
"Estaba muy golpeado", aseguraron fuentes del caso. Por su estado de salud, Villanueva no tenía forma de defenderse. Se presume que los ladrones lo despertaron, lo sacaron a empujones y lo presionaron para que les dijera dónde guardaba el dinero.
El caso dejó en shock a familiares, vecinos y amigos de la víctima, quien había quedado viudo y era padre de dos hijos. La indignación se multiplica al saberse que la principal sospechosa era la misma persona que debía protegerlo.















