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El sitio oficial del Vaticano ha difundido una reflexión basada en la Biblia el pasado domingo, 29 de septiembre de 2024. En ella, se presentan interpretaciones de la Santa Escritura que animan a todos los fieles a afianzar su fe y su relación personal con Dios.

Durante este domingo, 29 de septiembre de 2024, El papa Francisco reflexiona sobre la importancia de la apertura y la inclusión en la comunidad de creyentes, advirtiendo que la cerrazón y la exclusividad pueden generar división y hostilidad y llamando a valorar el trabajo de quienes, aunque no pertenecen a nuestro grupo, también buscan el bien.

Las palabras del papa Francisco para este domingo

El papa Francisco reflexionó sobre un pasaje del Evangelio que narra un diálogo entre Jesús y el apóstol Juan. En este relato, los discípulos intentaron impedir que un hombre expulsara demonios en nombre del Señor, simplemente porque no formaba parte de su grupo.

Jesús, al enterarse de esto, les exhortó a no obstaculizar a quienes trabajan por el bien, subrayando que "contribuye a realizar el proyecto de Dios". "Las palabras de Jesús desvelan una tentación y ofrecen una exhortación. La tentación es la de la cerrazón. Los discípulos querían impedir una obra de bien solo porque quien la realizaba no pertenecía a su grupo. Piensan que tienen la exclusiva sobre Jesús y que son los únicos autorizados a trabajar por el Reino de Dios", afirmó.

Esta actitud, advirtió el Papa, puede llevar a la hostilidad y a la división, alejando a las personas que piensan diferente y fomentando un ambiente de exclusión. Francisco hizo un llamado a la apertura y a la inclusión, recordando que "cada cerrazón" puede ser la raíz de muchos males en la historia, incluyendo el absolutismo y la violencia.

La lectura de la Biblia para este domingo

Primera lectura: Libro de los Números 11, 25-29

En aquellos días, el Señor descendió de la nube y habló con Moisés. Tomó del espíritu que reposaba sobre Moisés y se lo dio a los setenta ancianos. Cuando el espíritu se posó sobre ellos, se pusieron a profetizar. Se habían quedado en el campamento dos hombres: uno llamado Eldad y otro, Medad.

También sobre ellos se posó el espíritu, pues aunque no habían ido a la reunión, eran de los elegidos y ambos comenzaron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contarle a Moisés que Eldad y Medad estaban profetizando en el campamento. Entonces Josué, hijo de Nun, que desde muy joven era ayudante de Moisés, le dijo: "Señor mío, prohíbeselo". Pero Moisés le respondió: "¿Crees que voy a ponerme celoso? Ojalá que todo el pueblo de Dios fuera profeta y descendiera sobre todos ellos el espíritu del Señor".

Segunda lectura: Santiago 5, 1-6

Lloren y lamentense, ustedes, los ricos, por las desgracias que les esperan. Sus riquezas se han corrompido; la polilla se ha comido sus vestidos; enmohecidos están su oro y su plata y ese moho será una prueba contra ustedes y consumirá sus carnes, como el fuego. Con esto ustedes han atesorado un castigo para los últimos días.

El salario que ustedes han defraudado a los trabajadores que segaron sus campos está clamando contra ustedes; sus gritos han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Han vivido ustedes en este mundo entregados al lujo y al placer, engordando como reses para el día de la matanza. Han condenado a los inocentes y los han matado, porque no podían defenderse.

El evangelio para el domingo, 29 de septiembre de 2024

San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre y como no es de los nuestros, se lo prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor.

Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.