

La posibilidad de recuperar el servicio militar obligatorio dejó de ser un escenario lejano para convertirse en una realidad cada vez más tangible en Europa. La guerra en Ucrania y la creciente amenaza de Rusia han empujado a varios países a reforzar sus capacidades defensivas, lo que ha llevado a revisar un modelo que había quedado en el pasado.

En este contexto, Alemania ha dado un paso decisivo. Tras haber suspendido el servicio obligatorio en 2011, el Gobierno presentó un proyecto para aumentar el número de efectivos. La meta es alcanzar los 260.000 soldados activos, unos 80.000 más que en la actualidad. El plan comenzará de forma voluntaria, pero con la puerta abierta a que la obligatoriedad vuelva a escena.
La medida incluye que, a partir de 2026, todos los varones que cumplan 18 años deberán responder si están dispuestos a prestar el servicio militar. En caso de que la cantidad de voluntarios no sea suficiente, se plantea el regreso de la obligatoriedad.
Países nórdicos y bálticos marcan el camino del servicio militar obligatorio
El modelo no es nuevo. Suecia restauró el servicio militar obligatorio en 2017, siete años después de haberlo eliminado. Desde entonces, el número de reclutas se duplicó, lo que reforzó la convicción de que este tipo de medidas garantizan estabilidad en las filas de las Fuerzas Armadas.
En Dinamarca, el 1 de julio entró en vigor un nuevo sistema que por primera vez obliga también a las mujeres a realizar el servicio, al igual que ocurre en Suecia y Noruega. Las autoridades esperan reclutar 7500 personas al año, una cifra superior a los 4700 voluntarios de 2023.
Noruega, por su parte, presentó un plan para aumentar un 50% el número de reclutas de forma progresiva hasta 2036. En Letonia, los jóvenes varones de entre 18 y 27 años deben cumplir 11 meses de servicio, ya sea en roles militares o en alternativas civiles. Mientras, Estonia mantiene un modelo similar con períodos de entre ocho y 11 meses.
Finlandia, donde la obligación recae en los varones y las mujeres pueden optar voluntariamente, impulsa una enmienda legal que permitirá aumentar los reservistas hasta un millón para 2031, al extender la edad de pertenencia a la reserva hasta los 65 años.
España descarta el regreso del servicio militar obligatorio
Mientras la tendencia gana terreno en el continente, en España la postura oficial es clara. La ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró en Berlín que el modelo español seguirá basándose en las Fuerzas Armadas profesionales. "España -donde se abolió el servicio militar obligatorio en 2001- tiene unas Fuerzas Armadas profesionales, comprometidas en misiones internacionales y en lucha contra incendios. Lo que nosotros hacemos es apoyar el modelo que tenemos en este momento", afirmó.
Además, como destaca la agencia de noticias EFE, reiteró lo dicho en el Congreso más de un año atrás: "No va a haber servicio militar en España, en absoluto, ni creo que se le haya pasado por la cabeza a nadie". Sus declaraciones contrastan con la ola de reformas en marcha en países de la Unión Europea, que buscan adaptarse a un escenario de inseguridad creciente.

Nuevas reformas en marcha en Europa del Este y los Balcanes
El retorno del servicio militar obligatorio no se limita al norte de Europa. Serbia y Croacia, que lo habían eliminado en 2011 y 2008 respectivamente, ya anunciaron su reinstauración.
En Serbia, el presidente Aleksandar Vucic impulsa una propuesta de servicio de 75 días para hombres de hasta 30 años, con inicio previsto en septiembre de 2025. En Croacia, el regreso está fijado para enero de 2026 con un entrenamiento remunerado de dos meses.
En Polonia, el primer ministro Donald Tusk lanzó un plan de "formación militar a gran escala" para varones adultos, con el objetivo de alcanzar 500.000 efectivos incluyendo reservistas. En Lituania, donde ya se seleccionan aleatoriamente a unos 4.000 jóvenes por año, la primera ministra designada Inga Ruginiene admitió que posiblemente sea "inevitable" avanzar hacia un reclutamiento universal.
Otros países como Bélgica y Países Bajos analizan fórmulas para reforzar sus ejércitos, aunque de momento apuestan por programas voluntarios. Italia, en tanto, mantiene suspendido el servicio desde 2004 y no existe consenso político para restaurarlo.
Un debate que divide a Europa
El retorno del servicio militar obligatorio refleja un cambio de paradigma en la seguridad europea. Mientras algunos gobiernos avanzan en reformas que obligan a sus jóvenes a pasar por filas militares o alternativas civiles, otros como España defienden con firmeza el modelo profesional.
La presión geopolítica y la incertidumbre internacional parecen empujar a los Estados hacia un mismo punto: la necesidad de reforzar sus Fuerzas Armadas. En ese escenario, el regreso del servicio militar deja de ser una hipótesis para convertirse en un horizonte cada vez más cercano.













