

La cocina no solo nutre el cuerpo, también alimenta tradiciones, afectos y cultura. En España, la gastronomía es un eje de identidad, pero también un reflejo de las desigualdades. Y en medio de ese escenario, Karlos Arguiñano vuelve a levantar la voz para recordar que comer bien no tiene por qué ser un lujo.
Durante una reciente emisión de su programa “Cocina abierta de Karlos Arguiñano” en Antena 3, el popular cocinero compartió una reflexión directa: “Vivimos en un país maravilloso para comer bien. Solamente tenéis que ponerle un poquito de empeño. Esto no es un castigo.”

“Cocina para todos”: el libro que busca enseñar a comer bien con lo que hay
Durante su programa, Arguiñano explicó que su nuevo libro, “Cocina para todos”, está pensado como una guía práctica para familias con recursos limitados. “Este libro está pensado sobre todo para la gente que tiene sueldos de 1000, 1200, 1300, 1400 euros, sueldos bajos. Yo siempre estoy pensando en esa gente,” aseguró.
El recetario incluye platos sencillos con ingredientes asequibles, junto con consejos de organización, ahorro y variedad. El objetivo es claro: que nadie se quede fuera de una alimentación digna por no saber cómo empezar.
“Atrévete una vez con una receta sencilla y vas a ver cómo te va a salir y luego te va a animar a hacer muchas más veces,” animó el cocinero desde su plató.
Por qué la cocina debe ser también una herramienta social
Arguiñano fue contundente al señalar que su mensaje no está dirigido a quienes pueden permitirse comer fuera todos los días. “Si estás pensando en los que ya tienen, en los que tienen dinero, que tienen potencial, que van de restaurantes a comer, que piden la comida hecha, pues en esos no pienso. Pienso en los que estáis todos los días ahí en casa, procurando hacer comida para cuatro o seis personas con un dinerito, más bien con poco dinero.”
Este compromiso no es nuevo. El chef vasco recordó sus propios orígenes: “Yo ya sé de dónde vengo y vengo de ahí yo también. Vengo de una familia de sueldos muy bajos y sé lo que es el tener que comer gastando poco. Pues en eso estamos.” Su enfoque recupera el valor de cocinar como acto cotidiano, útil y profundamente social.

Comer bien está al alcance de todos, si se sabe cómo
Lejos de complicar la cocina o hacerla inaccesible, Arguiñano defiende que cualquiera puede lograr buenos resultados sin grandes inversiones ni formación técnica. Con su estilo cercano y pedagógico, busca que cocinar deje de ser una carga y se convierta en un acto de cuidado. “Te lo van a agradecer los que se lo comen”, apuntó con su clásico sentido del humor.
Una vez más, Karlos Arguiñano utiliza su espacio mediático para educar, motivar y tender la mano a quienes más lo necesitan. En tiempos donde el coste de vida preocupa, comer bien no debe ser un privilegio, sino un derecho que empieza en casa.














