Científicos han descubierto en Siria un fósil de tortuga marina que data de hace 50 millones de años. Este hallazgo, publicado en Papers in Palaeontology, permite conocer el origen evolutivo de esta especie marina extinta.
El descubrimiento, realizado en la cantera de Al-Zarefeh, en el flanco occidental del monte Semaan, representa la primera nueva especie de vertebrado extinto descrita en el país.
El fósil, denominado Syriemys lelunensis, ha sido encontrado en dos partes y conservado por más de una década en la Dirección General de Geología y Recursos Minerales (GEGMR) de Alepo antes de ser analizado científicamente. Según los investigadores, este descubrimiento amplía el conocimiento sobre la diversidad y evolución de las tortugas marinas en la región mediterránea.
El fósil forma parte del proyecto "Recuperando tiempo perdido en Siria" (Recovering Lost Time in Syria), que busca recuperar y analizar materiales paleontológicos olvidados. La iniciativa permite reconstruir parte de la memoria científica del país y aporta información clave sobre la historia evolutiva del Mediterráneo.
Fósil de tortuga marina: cómo eran las características de esta especie
Syriemys lelunensis pertenece al grupo de tortugas de cuello lateral o pleurodiras, y más específicamente al clado extinto Stereogenyini, que habitaba ambientes costeros y marinos.
A diferencia de sus parientes actuales, que se encuentran en Sudamérica, África y Madagascar, los Stereogenyini eran predominantemente marinos y se distribuían por varios continentes.
El caparazón y el esqueleto del fósil muestran características únicas: siete huesos neurales extendidos hasta el séptimo hueso costal, un hueso nucal estrecho en su borde anterior y una muesca anal poco profunda formada por procesos xifiplastrales cortos. Estos rasgos son exclusivos de Syriemys lelunensis, lo que permitió clasificarla como un nuevo género y especie.
Fósil de tortuga marina: cómo fue el hallazgo
El espécimen fue recolectado en depósitos que en el Eoceno temprano estaban sumergidos bajo un mar poco profundo y cálido. La presencia de foraminíferos en la roca circundante permitió determinar su edad con precisión, situando a estas tortugas en ese periodo.
El análisis filogenético realizado por los autores ubica a esta especie como pariente cercana de Cordichelys antiqua, un fósil egipcio del Eoceno tardío. De ese modo, esto lo convierte en el miembro más antiguo confirmado de su grupo, extendiendo en más de 10 millones de años su origen.
Fósil de tortuga marina: qué revela el hallazgo
El descubrimiento también aporta evidencia sobre el rango geográfico ancestral del grupo, reforzando la hipótesis de que los Stereogenyini tuvieron una distribución mediterránea temprana.
Para los investigadores, la importancia del hallazgo va más allá de la paleontología: simboliza la posibilidad de generar conocimiento y preservar el patrimonio científico en un país marcado por la destrucción y el abandono de recursos académicos.
Finalmente, este se suma a la lista de fósiles que no solo documentan la biodiversidad pasada, sino que también muestran la capacidad de la ciencia para recuperar y reinterpretar la historia de regiones enteras, contribuyendo a un entendimiento más completo del pasado geológico y biológico del Mediterráneo.