

Un simple análisis de sangre puede convertirse en una llamada de atención. Cada vez más personas descubren que tienen los triglicéridos altos, un dato que suele pasar desapercibido pero que puede ser una señal de alerta seria para la salud del corazón.
Detrás de este resultado están, en la mayoría de los casos, hábitos cotidianos como el consumo de alimentos ultraprocesados, el exceso de azúcar, el alcohol o la falta de ejercicio.
Los especialistas advierten que la hipertrigliceridemia no es un problema menor ya que aumenta el riesgo de infarto, ictus e incluso pancreatitis. Sin embargo, la buena noticia es que pequeños cambios en la alimentación y en el estilo de vida pueden marcar una gran diferencia.
Adoptar una dieta cardiosaludable no solo ayuda a reducir los triglicéridos, sino que también mejora los niveles de colesterol, la glucosa y, en general, la calidad de vida.

¿Qué son los triglicéridos y por qué importan?
Los triglicéridos son un tipo de grasa que circula por la sangre y que el cuerpo utiliza como fuente de energía. El problema surge cuando se acumulan en exceso, ya que pueden dañar las arterias y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El nivel recomendado se sitúa por debajo de 150 mg/dl. Superar esta cifra indica un desequilibrio que conviene corregir cuanto antes con cambios en la dieta y el estilo de vida.
Alimentos que ayudan a bajar los triglicéridos
Los expertos en endocrinología señalan que basta con ajustar la dieta para notar una mejoría significativa en pocas semanas. Entre los alimentos más recomendados destacan el aceite de oliva virgen extra, los aguacates y los frutos secos, por su aporte de grasas monoinsaturadas.
El pescado azul, como el salmón o la sardina, es rico en omega-3, un aliado natural contra las grasas en sangre.
La fibra también juega un papel fundamental. Incorporar frutas, verduras, cereales integrales y legumbres ayuda a controlar la absorción de grasas, favoreciendo así un equilibrio en los niveles de triglicéridos y colesterol.
Hábitos que empeoran los triglicéridos
Tan importante como saber qué comer es conocer qué evitar. Los azúcares añadidos y los alimentos ultraprocesados -como refrescos, bollería o snacks industriales- son enemigos directos del corazón. El alcohol, incluso en pequeñas cantidades, puede disparar los niveles de triglicéridos.
A ello se suma el sedentarismo, un factor de riesgo que potencia la acumulación de grasas en sangre. La falta de ejercicio no solo eleva los triglicéridos, sino que también incrementa la resistencia a la insulina y favorece el sobrepeso.
Consejos prácticos para mantener el corazón sano
Los especialistas insisten en que la clave está en introducir cambios sostenibles en la rutina diaria. Mantener un peso corporal saludable es fundamental, ya que perder tan solo un 5% del peso puede reducir de forma significativa los triglicéridos en sangre.

Del mismo modo, la práctica regular de actividad física, con un mínimo de 150 minutos semanales, ayuda a que el organismo procese mejor las grasas y mejore la circulación.
A nivel alimentario, la dieta mediterránea continúa siendo la mejor aliada, gracias a su combinación de aceite de oliva, pescado azul, frutas, verduras y cereales integrales. Por último, los médicos recomiendan no descuidar los chequeos anuales, que permiten detectar a tiempo cualquier alteración y ajustar el estilo de vida antes de que los problemas se agraven.
Una inversión en salud a largo plazo
Adoptar una dieta equilibrada no solo reduce los triglicéridos, también puede ayudar a evitar complicaciones mayores.
En una entrevista con Infosalus, la endocrinóloga María Santiago indica que, "con estos cambios no solo reducimos triglicéridos, también colesterol, glucosa y mejoramos nuestro estado de salud en general".
El mensaje de los expertos es claro: la alimentación es una herramienta poderosa para cuidar el corazón y está al alcance de todos.















