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En promedio, el 21 de enero ha sido históricamente el día con temperaturasmás bajas en el territorio español. Esta conclusión sale tras analizar los datos climatológicos que toman en cuenta las temperaturas medias del período 1991-2020.

Este día tiene una temperatura media de 7.9ºC cuando se incluyen las Islas Canarias y Baleares en el cálculo, y de 7.3ºC si solo se considera la península y las Baleares. Sin embargo, si nos centramos en las temperaturas mínimas, el día más frío suele ser el 13 de enero en la Península y Baleares, con una media de 2.8ºC.

Sin embargo, este año las cifras no acompañaron esa estadística. La llegada de la borrasca Garoé, junto a masas de aire más templadas, modificó notablemente el patrón habitual.

Lejos de las heladas intensas y mínimas bajo cero que se esperaban, gran parte del país experimentó un ascenso térmico significativo. Las máximas y mínimas subieron, reduciendo el impacto del frío invernal y haciendo de este 21 de enero una excepción frente a lo que dicta la media climatológica.


¿Por qué se considera el 21 de enero el día más frío del año?

El análisis de datos climáticos revela que el 21 de enero suele presentar la temperatura media más baja en España. Esta situación se explica por la posición del planeta en esa etapa del invierno boreal, cuando el hemisferio norte recibe menor radiación solar y las masas de aire frío tienen mayor influencia sobre la península ibérica.

Sin embargo, esta referencia estadística no es una regla fija. Las variacionesanuales en los patrones atmosféricos -como el paso de borrascas, la presencia de anticiclones o la dirección de los vientos- pueden alterar las temperaturas de forma notoria. Así, aunque el 21 de enero destaque en los registros, su comportamiento climático depende de múltiples factores.

¿Qué provocó el aumento de temperaturas este 21 de enero?

La clave del ascenso térmico de este martes fue la llegada de la borrasca Garoé, que empujó aire más cálido desde el suroeste. Este fenómeno arrastró vientos conocidos como ábregos, caracterizados por su humedad y capacidad para suavizar el ambiente, especialmente en invierno.

Como consecuencia, las heladas quedaron restringidas a áreas montañosas y las precipitaciones en forma de nieve fueron mínimas. En muchas regiones incluso se registraron temperaturas por encima de lo habitual, dejando atrás las jornadas gélidas de principios de mes que sí habían respondido al patrón invernal.