Islandia es un país europeoque está acostumbrado a sufrir erupciones de volcanes y en la actualidad está atravesando un período de actividad volcánica sin precedentes. En lo que respecta a la península de Reykjanes, las erupciones se multiplicaron desde 2021 y amenazan con durar más de 300 años.
Estas circunstancias naturales, sin duda, comenzaron a generar un impacto en varios aspectos, como el territorio, el modo de vida de los islandeses y hasta en los servicios básicos.
Islandia: la actividad volcánica intensa que podría prolongarse siglos
La situación en Reykjanes rompe todos los patrones recientes. En apenas tres años, 11 erupciones han afectado infraestructuras, zonas habitadas y servicios estratégicos. La última, ocurrida en abril de 2025, confirmó el inicio de un ciclo geológico prolongado.
Este país de Europaha reaccionado con medidas excepcionales. La más visible es una muralla de 13,5 kilómetros construida cerca de Grindavik para frenar el avance de la lava. Según el ingeniero Jon Haukur Steingrimsson, se trata del mayor proyecto de su tipo hasta ahora.
También se utilizan técnicas como el enfriamiento del magma con agua de mar. El modelo islandés ha despertado el interés de otros países, que ya estudian su posible aplicación.
Medidas de contención frente al riesgo volcánico
- Nuevos protocolos de emergencia.
- Monitorización constante del terreno.
- Intercambio de conocimiento con otros países.
El impacto sobre Reikiavik y el futuro urbano del país
Aunque Reikiavik no se asienta sobre fallas activas, el riesgo secundario ya preocupa. La OficinaMeteorológica evalúa escenarios que incluyen fallos en servicios básicos como agua o energía geotérmica.
Urbanistas como Haraldur Sigurdsson impulsan una reclasificación del suelo urbano según el nivel de exposición. Esta medida afectará viviendas y distribución poblacional, con posibles desplazamientos hacia zonas menos expuestas.
El caso de Grindavik evidencia la gravedad: reubicaciones, compensacionespúblicas y presióninmobiliaria. El gobierno estudia alternativas fuera del área metropolitana para evitar una concentración de riesgo.