

- España, una base clave en la OTAN que ahora pierde peso
- ¿Qué es el destructor Arleigh Burke y cómo funciona dentro del escudo antimisiles?
- Mientras EE. UU. mira a China, España participa en maniobras en Asia
- Un simulacro en Cádiz exhibe coordinación... y dependencia
- ¿Un mensaje para Europa antes de la cumbre de la OTAN?
La llegada del sexto destructor estadounidense a la base naval de Rota (Cádiz), prevista inicialmente para 2025 como parte del escudo antimisiles de la OTAN, no se concretará este año ni el próximo. Según han confirmado fuentes militares y diplomáticas españolas a EL PAÍS, han informado del retraso del despliegue hasta al menos la primera mitad de 2026. El motivo oficial: problemas "operativos" relacionados con la puesta en servicio del buque, de la clase Arleigh Burke.
Este retraso se produce en un contexto delicado para la seguridad europea. Mientras la guerra en Ucrania sigue sin solución a la vista, Estados Unidos ha comenzado a girar suestrategia militar hacia el Indo-Pacífico, con la vista puesta en contener a China. Aunque desde Washington se insiste en que el destructor llegará "más tarde", el cambio de prioridades geopolíticas es evidente. "Esa zona [el Pacífico] es un interés nacional para Estados Unidos y esa será su prioridad", reveló una alta fuente del Ministerio de Defensa español.

España, una base clave en la OTAN que ahora pierde peso
Desde 2015, la base naval de Rota alberga de manera permanente a cuatro destructores estadounidenses como parte del escudo antimisiles de la OTAN. Tras la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno de Pedro Sánchez acordó con Joe Biden aumentar esa cifra a seis. El primero de los dos nuevos buques, el USS Oscar Austin, llegó en octubre de 2024. El segundo, ha quedado en suspenso.
El Ministerio de Defensa español ha evitado pronunciarse sobre el tema, al tratarse de una cuestión "sensible", aunque fuentes de la base aseguran que el calendario inicial contemplaba su llegada "a lo largo de 2025". La Embajada de EE. UU. en Madrid, en tanto, sostiene que "no había un calendario definido".
El retraso ha desatado especulaciones en Europa sobre la fiabilidad del compromiso estadounidense con sus aliados. Según Financial Times, la exigencia de Donald Trump de que Europa se defienda por sí sola ha sembrado "angustia" entre los socios de la OTAN.
¿Qué es el destructor Arleigh Burke y cómo funciona dentro del escudo antimisiles?
El destructor clase Arleigh Burke es una de las naves de guerra más avanzadas de la Marina de Estados Unidos. Aunque su nombre puede sonar a ofensiva, su rol en Europa -especialmente desde la base naval de Rota, en España- está fuertemente vinculado a la defensa antimisiles. Lejos de ser simplemente un "barco de combate", estos destructores son plataformas móviles de defensa aérea, diseñadas para detectar, rastrear e interceptar misiles balísticos.
Estas naves están equipadas con el sistema de combate Aegis, un complejo entramado de sensores, radares y misiles que les permite actuar como centros de mando flotantes dentro del escudo antimisiles de la OTAN.
Su principal herramienta es el misil SM-3, capaz de interceptar misiles balísticos fuera de la atmósfera terrestre, en pleno vuelo. El radar SPY-1, que forma parte del sistema Aegis, puede rastrear decenas de blancos simultáneamente a cientos de kilómetros de distancia.
Mientras EE. UU. mira a China, España participa en maniobras en Asia
El reposicionamiento de la estrategia militar estadounidense tiene un nombre: China. Washington considera que la verdadera amenaza global es el gigante asiático, y eso se traduce en una concentración de medios y recursos en el Indo-Pacífico.
España, alineada con este cambio, envió el mes pasado la fragata Méndez Núñez al Pacífico como parte del grupo de combate del portaaviones británico HMS Prince of Wales, y el Ejército del Aire y el Espacio participó el año pasado en el ejercicio Pacific Skies. A pesar del retraso del destructor, Washington ya proyecta una ampliación de infraestructuras en Rota hacia 2035, incluyendo nuevos hangares, según fuentes de la Armada española.
El aplazamiento del buque no es un caso aislado. Según la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE. UU. (GAO),los retrasos en la entrega de destructores, portaviones y submarinos son de entre uno y tres años en promedio. A principios de abril, responsables de la Armada estadounidense alertaron sobre los riesgos que esto representa en eventuales conflictos con grandes potencias.
Mientras tanto, China amplía sin pausa el tamaño y capacidades de su Armada. El desequilibrio preocupa en el Pentágono, pero también en Bruselas, donde se teme que Europa quede sola frente a una Rusia cada vez más agresiva.
Un simulacro en Cádiz exhibe coordinación... y dependencia
En medio de estas tensiones, la base de Rota fue escenario el jueves de un gran simulacro naval conjunto ante un supuesto vertido de hidrocarburos. El ejercicio, que simuló un derrame incontrolado de 5000 galones, involucró a la Armada española, la US Navy, Salvamento Marítimo, la UME y otras entidades civiles.
"Realizar ejercicios conjuntos con autoridades civiles permite mejorar la coordinación entre instituciones en situaciones de emergencia", explicó el capitán de fragata Manuel Posada, director del operativo, a la agencia de noticias EFE. "Es esencial para una respuesta rápida y eficiente", agregó.
El sargento primero Jon Silva, de la Marina estadounidense, destacó que "unirnos a nuestros aliados de España en los simulacros de derrame de combustible es una gran exhibición de capacidades y unidad".
¿Un mensaje para Europa antes de la cumbre de la OTAN?
El retraso en el envío del sexto destructor se produce pocas semanas antes de la cumbre de la OTAN que se celebrará en junio en La Haya. Allí, los países deberán rendir cuentas sobre su gasto militar, un punto especialmente sensible para España, que históricamente ha estado por debajo del 2% del PIB que exige la Alianza.
"No nos harán mucho caso sin presupuestos de Defensa serios", advirtió recientemente una alta fuente del Ministerio de Defensa. Estados Unidos no esconde su descontento con los miembros de la OTAN que no invierten lo suficiente en defensa. Y eso podría tener consecuencias.
En un mundo cada vez más inestable, la ausencia del destructor prometido deja una señal incómoda para Europa: el paraguas de seguridad estadounidense ya no es lo que era.













