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Un grupo de investigadores del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado el significado de la dieta mediterránea desde el Neolítico hasta el siglo XX, en una aventura que, a través del modo de alimentarse, permite explicar por qué somos quienes somos.

Un recorrido histórico que el Museo Arqueológico Nacional ha documentado con más de 300 piezas de colección, junto con un bodegón prestado por el Museo del Prado, en una muestra llamada 'Convivium: Arqueología de la dieta mediterránea', que podrá visitarse gratuitamente desde mañana 30 de abril hasta el 1 de septiembre de 2024.

La arqueología de la dieta mediterránea

Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2010, la dieta mediterránea "no es un momento, es un proceso" que empieza con la domesticación de especies vegetales y animales, pero que, en realidad, "como todo lo cultural, está en construcción", ha explicado Almudena Orejas, una de las investigadoras del CSIC.

Esta exposición trata de ahondar, desde una perspectiva arqueológica, en uno de los patrones de alimentación más saludables del mundo y que es fruto de miles de años de "conocimientos, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, así como las formas de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos", ha añadido Susana González.

"La comida, la bebida, la producción y el consumo nos ponen también ante un mundo social complejo desde el neolítico hasta la actualidad", un mundo que, aunque permitía "convivir y charlar" también enfrentaba a epidemias, muerte, hambre y desnutrición y explicaba los conflictos generados a raíz de ello.

Para Ignacio Montero, son precisamente los momentos de crisis los que han hecho que cambien las cosas."El estatus quo ha sido alterado históricamente por momentos de crisis que han obligado a buscar nuevas alternativas (...). La historia es la que marca cómo el hombre se adapta a las circunstancias", ha apuntado el investigador y comisario de la muestra.

"Culturalmente decidimos qué elegimos comer, cómo nos relacionamos con la gente, si nos peleamos o no, o si establecemos un conflicto, y al final -resume Montero-, decidimos cómo salimos del problema que hemos creado. La historia está llena de alternativas y es la sociedad la que tiene la capacidad de decisión".

Según Orejas, "hay que coger perspectiva. La historia de la Humanidad es la historia de la carestía, del hambre. Realmente la mayor parte de la sociedad no ha podido elegir lo que come, ha tenido que ir comiendo lo que ha podido consiguiendo la mayor parte de losnutrientes de lo que tenía más a mano o de los alimentos que eran más resistentes".

Una situación que hoy día sigue produciéndose. "Realmente, las estrategias que tienen que ver con la construcción de la dieta mediterránea son las que permiten mantener un nivel de consumo básico que garantice la supervivencia", ha resumido Orejas.

La historia de la dieta mediterránea en una muestra

La muestra está dividida en seis secciones diferentes que permiten realizar un recorrido por la evolución de la dieta mediterránea de manera temática y cronológica.

De todos ellos, la mesa y la cocina son las más cruciales para entender la tradición y el aprendizaje de las diferentes actividades relacionadas con los trabajos domésticos, o el manejo de instrumentos. Los investigadores cuentan que hay trozos de cerámica con huellas infantiles, lo que demuestra que también era la cocina un lugar de aprendizaje. "El hogar -apunta Orejas- era el centro de la vida doméstica".

El recorrido explica cómo el acto de comer juntos se erige como fundamento de la identidad cultural y social de las comunidades del Mediterráneo; de hecho, el título de la muestra nace del término ya usado por Cicerón -'convivium'- para referirse a las reuniones de amigos en torno a la mesa.

Allí están detallados los procesos de trabajo en el campo, con su utillaje, herramientas y restos de lo que fueron sus rebaños, y se analiza el modo en el que se tradicionalmente se elaboraban los productos, los más importantes el aceite, el vino y los cereales, la triada mediterránea, que son los pilares de la dieta.

Fuente: EFE