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Un avance científico liderado por el Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia, podría transformar el abordaje del cáncer de colon en estadios tempranos. Investigadores españoles, en colaboración con un equipo internacional, han desarrollado un análisis de sangre no invasivo que mejora notablemente la detección de micrometástasis, es decir, pequeños focos de células tumorales que pueden pasar desapercibidos tras la cirugía.

El estudio, publicado en la revista Nature Cancer, se ha centrado en pacientes con cáncer colorrectal localizado en estadios II y III. Su objetivo ha sido detectar de manera más precoz la enfermedad mínima residual, es decir, aquellas células que persisten tras la intervención quirúrgica y que pueden generar recaídas.

Para ello, se ha diseñado un test de última generación denominado TAV16, que analiza el ADN tumoral circulante (ctDNA) en sangre.

"La ventaja principal de este test es su capacidad para identificar qué pacientes tienen mayor riesgo de recaída y, al mismo tiempo, evitar tratamientos agresivos en aquellos que no los necesitan", explicó la doctora Noelia Tarazona, una de las líderes del proyecto. Actualmente, entre un 60% y un 70% de los pacientes reciben quimioterapia sin necesidad, mientras que entre un 30% y un 40% recaen pese al tratamiento. Esta herramienta promete revertir esas cifras.

Detección de micrometástasis por sangre: un cambio de paradigma

El test TAV16 representa un avance crucial frente a los métodos actuales, que se basan en criterios anatomopatológicos y que muchas veces no detectan restos tumorales microscópicos. Según datos del equipo de Incliva, esta nueva tecnología presenta una sensibilidad del 87% al 100%, y ya cuenta con protección de patente, lo que refuerza su potencial para implementarse en la práctica clínica.

La investigación se llevó a cabo con una cohorte de 25 pacientes en España y una muestra de validación en Dinamarca con 15 pacientes, lo que confirma la robustez de los hallazgos. Las muestras fueron analizadas en tres momentos: en el diagnóstico, después de la cirugía y en caso de recaída. Este enfoque permitió observar la evolución molecular del tumor y su interacción con el sistema inmunológico.

"Detectar la recaída antes de que sea clínicamente visible es esencial para mejorar las tasas de curación", sostuvo el doctor Andrés Cervantes, coautor del estudio. Además, los investigadores complementaron el análisis con estudios transcriptómicos y proteómicos, identificando mecanismos por los cuales el tumor evade la respuesta inmunitaria. Estos hallazgos abren la puerta a utilizar inmunoterapia en fases tempranas del cáncer de colon, una estrategia que hasta ahora se reserva para estadios avanzados.

Hacia una medicina más personalizada y menos invasiva

El cáncer colorrectal es el tercer tipo de tumor más frecuente en el mundo y la segunda causa de muerte por cáncer, con casi dos millones de casos al año. Por eso, perfeccionar las herramientas de diagnóstico y seguimiento es una prioridad médica a nivel global.

La posibilidad de predecir con precisión qué pacientes necesitarán tratamientos adicionales no solo mejorará la supervivencia, sino que también reducirá los efectos adversos y el impacto emocional de las terapias innecesarias.

Además, el test TAV16 ofrece un modelo de medicina personalizada, adaptando la estrategia terapéutica a las características moleculares de cada tumor. "Estamos ante una revolución diagnóstica que puede cambiar la forma en que abordamos el cáncer de colon", concluyó Tarazona.

En definitiva, este nuevo test de sangre no solo mejora la precisión diagnóstica, sino que también redefine la forma en que se traza el camino terapéutico tras una cirugía. Con ello, se abre una nueva etapa en la lucha contra el cáncer de colon, donde el seguimiento no se basa solo en imágenes o biopsias, sino en información genética en tiempo real.