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Según los datos compartidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 vivían 224.000 personas de nacionalidad china en España y desde entonces, ese número no ha hecho más que expandirse. Alejandro Zuhang, empresario afincado en España resume su visión sobre el crecimiento de los empresarios chinos y cómo han aprovechado las oportunidades desperdiciadas por los españoles.
Su perspectiva es única al haber vivido en ambas sociedades y conocer la diferencia cultural entre los países. Zuhang es un joven emprendedor de 24 años y nacido en Jerez de la Frontera (Cádiz) después de que sus padres llegasen a España desde China hace ya más de dos décadas.
En “Sisifo Podcast”, Zuhang ha contado que se crio a medio camino entre España y China, ya que, aunque nació en el país europeo, estudió la primaria en el país natal de sus padres para regresar a hacer la ESO en tierras españolas. Allí, rápidamente se dio cuenta de que los chinos han sabido aprovechar “la pereza” de los trabajadores españoles a su favor.

La ventaja de los empleados chinos por sobre los españoles
El joven emprendedor ha destacado que los chinos vieron como “los españoles son vagos” y lo supieron aprovechar a su favor: “Lo que vamos a hacer es abrir una tienda donde haya muchas viviendas porque son vagos, a lo mejor por una lata de cerveza no se van a ir al supermercado”.
Así, miles de chinos han decidido montar bazares o pequeñas tiendas de alimentación para maximizar sus ganancias. Cuando la generación de sus padres emigró, admite que muchos chinos venían a España porque su país era pobre, se ganaba poco dinero y había mucha competencia. Hoy en día, el panorama ha cambiado radicalmente.
En la actualidad, China se ha convertido en uno de los países más ricos del mundo y la exportación de sus productos han modificado la competencia mundial y las maneras de producir. Así, cientos de países en el mundo han implementado medidas proteccionistas para proteger la industria de las importaciones chinas.

La diferencia entre la jornada laboral de España y China
En España y China se concibe el tiempo de trabajo de manera completamente diferente. Mientras que en el país europeo predomina un esquema fijo de 40 horas semanales, en China se opta por la flexibilidad combinada con una presión constante por la eficiencia y un cumplimiento estricto de los objetivos.
Para Zuhang, estas diferencias inician desde la educación: “Te inculcan que tienes que ser trabajador. La disciplina va por delante de todo lo que aprendes en lo que es cultura. Aquí (en España) son mucho más flexibles: si un día o dos no vas a clase, no pasa nada. Pero allí (en China) es una locura”.
Con respecto a la jornada laboral como tal, el emprendedor infiere en que “en España está hecho un sistema de trabajar 40 horas, mientras que en China si terminas el trabajo, da igual cuantas horas estés, te vas a tu casa. Allí si se te lía puedes estar 60 horas, mientras que aquí son 40 horas fijas”.
Zuhang ha concluido en que ambos sistemas tienen ventajas y desventajas, pero que las diferencias culturales y de mentalidad son claras. Es desde la raíz del sistema educativo que se pueden identificar y remarcar los cambios en hábitos y actitudes que caracterizan a las dos sociedades.














