El diario estadounidense The Wall Street Journal publicó una columna de opinión sobre la Argentina y su nuevo título de “desacato” establecido por el juez estadounidense, Thomas Griesa, en torno al no cumplimiento de uno de sus fallos en la eterna pelea con los fondos buitre por la deuda en default.

“El país más famoso de Sudamérica por no pagar sus deudas fija otro precedente”, dice el inicio del artículo bajo el título: El desacato de Argentina.

Pese a que el diario destaca que no es la primera vez que un país entra en “desacato” (ya lo habían hecho Rusia y la República Democrática del Congo), “el fallo contra Argentina está en una clase aparte”, afirma. Según cita frases textuales de Griesa, el juez se vió obligado a reconocer “lo que realmente es la conducta ilegal de la República que incluye el intento de cambiar ilegalmente y desviarse de las estipulaciones de la orden judicial vigente”.

El juez se refiere a intento de Cristina Kirchner de cambiar la jurisdicción de los bonos bajo ley estadounidense a Argentina y reemplazar a Bank of New York Mellon como agente de pago con el argentino Banco de la Nación. Argentina está sujeta a la ley estadounidense porque en los años 90 acordó someter disputas a las cortes estadounidenses como forma de atraer inversionistas extranjeros.

Para el diario, “como asunto político, esto puede haber sido exactamente el resultado que Kirchner buscó. Su gobierno ha hecho de ‘Patria o Buitres’ su eslogan de facto, y ‘buitres’ se refiere al juez Griesa, el gestor de fondos de cobertura Paul Singer, la Corte Suprema de Estados Unidos y cualquiera que busque cobrar deudas o hacer cumplir el Estado de derecho. Recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timerman, la arremetió contra el encargado de negocios de EE.UU., Kevin Sullivan, cuando el diplomático sugirió que Argentina debería tratar de salir del default”.

“Esta demagogia podría ayudar al partido peronista de Kirchner en las elecciones del próximo año. O tal vez no. Los argentinos ahora viven con una tasa de inflación que se estima en 40%, frecuentes cortes de electricidad, un desplome de los valores de los activos y una reputación tóxica en los mercados financieros globales. Culpar a los extranjeros por su grave situación económica es un deporte tradicional para los políticos en Buenos Aires. Sin embargo, los argentinos con el tiempo quizás se den cuenta de que el desdén que Kirchner y sus ministros populistas muestran hacia ‘los buitres’ en última instancia está dirigido a ellos”, concluyó.