Esta vez habrá un sólo tema. La semana próxima será el turno del cierre de campaña de los candidatos pero el examen final ante los empresarios empieza hoy en el 51ª Coloquio de Idea. Daniel Scioli, como es su costumbre, hablará antes de la cena e intentará convencerlos de que esta elección ya está definida a su favor. Llegará a la hora de la comida; recibirá la mayor cantidad de pedidos de reuniones futuras, de tarjetas al paso y de selfies sonrientes. Y se retirará antes del postre por un pasillo que atraviesa la cocina para saludar a los mozos. Scioli jamás abandona sus rituales y hay que admitir que no le ha ido mal.


Mañana le toca a Sergio Massa el desafío de impactar a un público de hombres y mujeres de negocios que, en su mayoría, prefieren a Mauricio Macri. Por eso, el diputado de Tigre llevará hasta Mar del Plata su rosario de propuestas enérgicas con las que viene resistiendo el fantasma de la polarización entre sus dos rivales que lo anteceden en las encuestas. ¿Podrá torcer ese destino? Parece difícil pero ya se sabe: la Argentina es un país habituado a las sorpresas.


El viernes, después de acompañar formalmente a Margarita Stolbizer, los empresarios escucharán la canción conocida de Macri con la expectativa de descubrir la verdad. ¿Es la elección un trámite inexorable que convertirá a Scioli en presidente el 25 de octubre? ¿O tendrá éxito la seducción del voto útil para llegar a la instancia imprevisible de un ballottage el 22 de noviembre? Esa es la incógnita de este coloquio convocado bajo la consigna "Tiempo de acordar y hacer". Durante tres días intensos, estallarán las ideas y los proyectos incentivados por los discursos inteligentes de Juan Llach, Juan José Aranguren, Miguel Kiguel o Eduardo Levy Yeyati. Pero el secreto que todos quieren llevarse de este encuentro es quién será el próximo presidente. Un atractivo suficiente como para convertir a este coloquio en un imán irresistible para el millar de ejecutivos que lo transformaron en un record histórico de asistencia.