La ex presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont cuestionó lo que consideró "decisión política" de aflojar el cepo para permitir la compra de dólar ahorro, el que dijo que es un "factor desestabilizador". Y aunque aseguró que ningún país creció sin inflación, cuestionó el "shock devaluatorio" que impulsó el Gobierno cuando ella dejó el BCRA, al que culpó de que los precios se dispararan el año pasado.
En su exposición en el 10º Congreso de Economía del Consejo de Ciencias Económicas porteño, Marcó del Pont criticó a los candidatos que hablan sobre el fin del cepo cambiario y afirmó que "es de una enorme irresponsabilidad y lo que subyace es el pensamiento de fondo de una vuelta de la lógica del endeudamiento" o una devaluación.
El presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, había dicho momentos antes que el próximo gobierno deberá "resolver la inflación, recuperar el acceso al crédito internacional, eliminar el cepo cambiario, resolver las restricciones al comercio exterior y recuperar las estadísticas".
"La fuga de divisas se instaló en los 70 y con la ficción de los 90 fue de 3% del PIB. Es un fenómeno profundo y, a palos o no, no se puede convalidar", subrayó, y agregó que los opositores "son anacrónicos y ya llevaron a la crisis los planteos como los de tener buenos modales para eliminar restricciones de corto plazo, tomando deuda y pagando raudamente a Griesa".
Sobre la inflación, dijo que "el problema es la política monetaria y cambiaria, y no la inflación". Si bien aceptó que "hay que converger hacia niveles más bajos de inflación, aseguró que "nos equivocamos si creemos que es el problema central. La inflación está directamente relacionada con los procesos devaluatorios. Cuando se habla de devaluación es inconsistente al mismo tiempo hablar de inflación baja", sostuvo, y puso como ejemplo el proceso vivido en 2014, poco después de que dejara la Presidencia del Banco Central, cuando en enero se decidió devaluar.
Para Frigerio, en cambio, "el Gobierno apuesta en este momento a un solo objetivo: generar un clima de mayor consumo y evitar tener que devaluar antes de las elecciones, por el costo obvio que ello conlleva; y este único objetivo lo obliga a tirar la toalla en otros que, por lo menos desde el relato, estaban presentes, como el nivel de actividad y el de empleo".
Marcó del Pont, en otro orden, defendió "lo virtuoso" de que la deuda sea interna y con el Banco Central u organismos del Estado, en lugar de "en moneda dura y con tenedores del mercado". Lo consideró una cuestión de "soberanía".
Y cuestionó a los candidatos opositores, al afirmar que "todas las recomendaciones que se escuchan en el proceso electoral apuntan al achique del salario. Hablan de un Estado pequeño, que garantice la salud, la educación, pero que no se meta en el bardo del desarrollo".
Ante el desafío de cambiar la estructura productiva, se preguntó "¿Quienes van a ser los actores? ¿Las multinacionales? Desde la globalización financiera, esas empresas tienen la lógica de la acumulación financiera. Por eso la Inversión Extranjera Directa amplía la brecha entre países. Los que que dicen que hay que tener buenos modales y esas inversiones van a venir, lo que van a hacer es aumentar la vulnerabilidad y no, promover el desarrollo".
"Hay que ser selectivos con la inversión externa, y las empresas grandes de Argentina replican esas conductas. Surge de la experiencia empírica a la hora de disciplinar y de que los re cursos se dirijan al desarrollo productivo", enfatizó.